Prolongar los viajes tras el regreso
Dicen que la vida del turista es dura (digo turista cuando en realidad es una palabra que no me gusta o, por lo menos, con la cual no me siento identificada; debería haber dicho viajero), pues eso, rectifico: dicen que la vida del viajero es dura y seguro que me daréis la razón. Quien no ha pasado por experiencias de este estilo: 10 de agosto (San Lorenzo, día más caluroso del año), en una ciudad X del norte de Europa, 3ºC, con la maleta llena de camisetas de manga corta y has tenido que correr como un poseso hasta encontrar un puesto de souvenirs para comprarte una sudadera con letras muy grandes que ponga "ICH BIN EIN BERLINER", o lo contrario, 40ºC y tu guía, con cara de bobalicona, te dice que reunidos todos en el hall a las 16,30 para llevar a cabo la excursión a Cartago (¿lo harán aposta?). Luego están los maratones: te has sacado un billete superbarato con Ryanair, pero tienes que salir el sábado a las 14 h. y volver el domingo a las 20 h., dispones de doce horas escas