Dubai (Capitulo I)
Agosto 2011
Cuatro saltos intercontinentales, nueve vuelos y, de vuelta, drásticos cambios: atrás quedan los desayunos de huevos fritos, bacon, fruta, zumo, bollos y en los que invertir menos de una hora es casi una ofensa y han sido sustituidos por café y tostada con tomate, en diez minutos, porque no hay tiempo para más; ya no saludamos en la calle con un gesto de la mano al ocupante del coche con el que nos cruzamos; los niños ya no me dicen adios según voy pasando, ya no me preguntan cómo estoy cuando entro en un comercio o me cruzo con un vecino; creo que he vuelto a la civilización, o así lo catalogan ¿¿??
En fin, No creo que el momento estelar del reencuentro con mi almohada haya sido lo mejor del viaje; sin embargo, sí que estoy disfrutando el ponerme frente al ordenador a contaros mis andanzas, que me está haciendo recordar cada momento vivido.
29 de julio
Dubai |
Dubai |
No soy una economista y, por tanto, no puedo por menos que quedarme con la boca abierta ante esta ciudad que es una de la más desarrollada del planeta, "The fastest growing city", como se autodenominan; pero parece que llevan camino de ser la madre de todas las burbujas inmobiliarias. Un compañero me definía Dubai como el mejor ejemplo del derroche energético: construir una ciudad inmensa, sin agua, en medio del desierto; y traerlo todo, a base de billetes,.... Puede que tengan razón y todo sea un espejismo que termine en un debacle de proporciones gigantescas,... como todo en Dubai.
Nuestro vuelo con Emirates ha sido pura placidez. Salida y llegada como programadas, atento servicio, buena comida, pantalla individual, que te permite un entretenimiento hecho a la medida (películas en muchísimos idiomas -incluido el olvidado español en cuanto cruzas una frontera-, música para todos los gustos, juegos interactivos, etc.) y sitio, el justito, como todas, en turista, claro; otro cantar es primera.
Siete horas a Dubai. El aeropuerto moderno desde todos los puntos de vista: arquitectura, tecnología,…, y, con las ampliaciones que están realizando, en 2012, será el más grande del mundo. Llaman la atención las mujeres y niñas con burka y bolsos de marca. Es la una de la madrugada cuando cogemos un taxi, todo rosa, con una conductora, también vestida íntegramente de rosa –incluidos unos guantes de lana, rosas- (estamos a esta hora de la madrugada a 29 grados).
La impresión que da la ciudad de noche es espectacular, edificios que se pierden hacia el firmamento, son un desfile de luces; grandes avenidas, todo muy snob.
El viaje, corto, pero intenso; a nuestra rosa conductora se le iban cerrando literalmente los ojos, pero llegamos al Holiday Inn de Jumeirah sanos y salvos.
30 de julio
Mezquita Jumeirah (Dubai) |
Una y otra vez vuelvo a caer en la misma “metedura de pata”: los abigarrados planos turísticos, donde parece que está todo a tiro de piedra y resulta que cada milímetro son diez kilómetros. Cuarenta y dos grados, ni una sombra y yo empeñada en que estaba muy cerca, hasta que el aire para respirar empezó a faltarnos. Reconociendo mi error, cogimos un taxi, que nos llevó a lo que nos parecía el fin del mundo, pero en el mapa eran “un paseíto”.
Paradas autobús Dubai con a/a |
Playa Jumeirah (Dubai) |
Un segundo consejo de mi querida compi era coger el autobús turístico del que puedes subir y bajar todas las veces que quieras; pero entre que eran más de las 13 h. y que el servicio terminaba a las 17:30 y, lo que es peor, costaba 220 UED por cabeza (es decir, la friolera de 80 euros por los dos), desistimos de hacerlo.
Qué contaros del centro comercial, Dubai Mall –que no es el más grande de Dubai, ese galardón lo ostenta el Mall of the Emirates-, cuatro plantas y otros tantos sótanos; de los que recorreríamos una sola planta, creo que no completa, después de patear todo el santo día. No hay marca que se precie que no tenga aquí su megalocal, restaurantes con comida de todos los países imaginables, pista de patinar sobre hielo, por supuesto cines, un acuario que se ha hecho merecedor de no sé cuántos récords, una catarata; lo que pidas,…
Mujer con burka (Dubai |
Aquello era un hervidero de gente; salimos a las diez de la noche y las tiendas seguían abiertas, no sé hasta qué hora. Un verdadero alegato al consumismo. Moritas con burka y sayales de seda negra, con bolsos Louis Voutton, Rolex en las muñecas y gafas de Dolche Gavana en la cabeza, recorrían el centro cargadas con bolsas a lo pretty woman, versión musulmana; con los modelitos que supongo lucirán de puerta adentro de su casa, para sus mariditos, claro.
Comimos en un tailandés, muy pero que muy bien.
Paradas de metro (Dubai) |
Burg Khalifa (Dubai) |
Dubai Fountain |
Dubai desde Burg Khalifa |
Nuevo taxi y al hotel, que mañana cogemos prontito nuestro vuelo a Durban.
Sudáfrica, tips y costos (Capítulo VII)
Ciudad del Cabo (Capítulo VI)
Victoria Falls (Capítulo V)
Johannesburgo (Capítulo IV)
Parque Kruger (Capítulo III)
Durban (Capítulo II)