Península de Yucatán (Viaje a México) / Capítulo V
Ya estaba allí, la parte más esperada del viaje y la que proporcionaba a mi
mente más adrenalina,... coger un coche y aventurarnos en un mundo desconocido,
sin programa previo, sin reservas previas, sin concepciones previas,...
En el aeropuerto, corriendo a Hertz, `pues queríamos empezar nuestro periplo esa misma tarde
y viajar hasta Campeche, pero nuestro coche no estaba preparado y tuvimos que
esperar más de media hora. Tengo que advertir del gran "rejón" que
supuso el alquiler de coche, pues a la tarifa normal y los seguros a todo
riesgo, habría que añadir el "one way" por alquilarlo en el aeropuerto de Villahermosa y
soltarlo en Cancun Ciudad (13.699 pesos = 670 euros).
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Mapa de la Península de Yucatán |
Sábado, 11 noviembre 2016
Hotel Tucán Siho Playa |
Hotel Tucán Siho Playa |
gusto, pero cuando empiezas a investigar de puertas afuera, la euforia va en aumento. Una playa caribeña de ensueño;un desayuno typical mexican de fruta, huevos fritos con pico de gallo, pan recién tostadito, zumo de naranja y café con leche y lo mejor, cristaleras circundando un restaurante con espectaculares vistas al mar y unos jardines cuidados con mimo. ¡Qué trabajito nos costó salir de aquel edén, pero la vida del turista es dura y no hay tiempo que perder!
Hotel Tucán Siho Playa |
El pueblo maya Ah Kim Pech se defendió con uñas y dientes de la conquista
de los españoles durante casi un cuarto de siglo. Finalmente, la colonización
se impuso y en 1540, bajo el mando de Francisco de Montejo, se fundó San
Francisco de Campeche, convirtiendo la localidad en el primer puerto del
Yucatán. Las incursiones piratas comenzaron a ser cada vez más devastadoras,
hasta que en 1663, el rey de España, Felipe III, ordenó la construcción de las
murallas, que pusieron fin al problema. Aquel año, Campeche sufrió el ataque
pirata más feroz de su historia, los supervivientes, obedeciendo las órdenes
reales, levantaron las murallas con tan solo manos indígenas y levantadas con
piedra caliza de cuevas cercanas, cuya construcción se prolongó durante más de cincuenta años. Tienen una
extensión de dos kilómetros y una altura de ocho metros, con forma hexagonal y
ocho bastiones, de los que permanecen siete en pié. Todos ellos hoy convertidos
en museos que cuentan retazos de su historia. A aquellos siete baluartes
que aún se conservan hay que añadir dos fuertes y tres baterías.
Camino del centro nos cruzamos por una zona ajardinada y carteles
turísticos de "Fuerte de San Miguel". Salvo que se visite durante
varios días, me parece imposible ver los siete baluartes y los dos fuertes,
todos con su correspondiente museo y piezas dignas de ver; por lo que habría
que limitarse a una pequeña muestra de cada especie.
Fuerte de San Miguel (Campeche) |
Finalmente aparcamos sin problema extramuros, pero muy cerquita del centro.
En nuestro paseo hacía la Plaza de la Independencia, centro neurálgico de la
ciudad, nos vamos encontrando con edificios gubernamentales de talla muy
moderna, por ejemplo el “Palacio Legislativo”; una vez cruzada la muralla, el
panorama cambia y los edificios son ahora, coloniales, casonas blasonadas y
elegantes, que nos hablan de tiempos antiguos, pero en un perfecto estado de
conservación.
El primer punto ineludible es la Plaza de la Independencia, más conocida
como “el Parque de la ciudad”; ya allí se huele y se masca el bullicio
provinciano que tanto me gusta. No puede faltar su quiosco estilo "belle
epoque", sus farolas de época y sus bancos con el escudo de la ciudad
grabado. Un trenecito que sale de la misma plaza nos permitiría hacernos una
idea de lo que es Campeche capital de una manera bastante cómoda. Perdimos el
de las 13 horas y tuvimos que esperar al de las 17 horas que era el siguiente.
Catedral de Campeche |
Centro Cultural El Palacio (Campeche) |
Museo de Fortificaciones, comercio y Navegación (Campeche) |
Museo de Fortificaciones, comercio y Navegación (Campeche) |
Museo de Fortificaciones, comercio y Navegación (Campeche) |
La siguiente sala introduce al visitante en todos los pormenores de los
galeones españoles de la época y se representa uno de ellos, de considerable
tamaño, seccionado para permitir hacernos una idea más práctica de lo que fueron estas
embarcaciones.
Seguimos rodeando la plaza en sentido contrario a las agujas del reloj y en
la calle 57, la casa número 6 reproduce el interior de una mansión de una
familia campechana de clase alta en la época prerevolucionaria. Bien montada.
Edificio Portales Revolución (Campeche) |
La comida en la Parrilla Colonial de la calle 59, de precio medio, pero de
exquisiteces campechanas que bien merecen una visita. Muy recomendable.
Plaza de la Independencia (Campeche) |
El recorrido en el trenecito fue bastante completo,
pues tuvimos oportunidad de conocer, además del Campeche turístico, el de la
vida de los vecinos en sus quehaceres diarios.
Desde la Plaza, caminando toda la calle 8, se llega al
Baluarte de Santiago, hoy Jardín Botánico Xmuch-Haltun, interesante muestra de
la flora de la zona. En este momento dejamos atrás la zona amurallada y
céntrica de la ciudad y salimos extramuros, donde comenzó a vivir la gente con
dinero –generalmente españoles y comerciantes adinerados- y comenzaron a
formarse los barrios tradicionales de Campeche. Entre las calles 10 y 49
(comentaros que las calles son siempre pares, las que van de este a oeste e
impares las que lo hacen de norte a sur, es facilísimo orientarse) encontramos
una animada zona donde comer típicos “antojitos” mexicanos, llamada Portales de
San Martín, que son muy populares. Muy cerquita, Punta Diamante, con una
pequeño cañón que al parecer marca la división entre un barrio y otro; nos
estamos adentrando en el de Guadalupe, con casas muy señoriales.
Seguimos por la calle 10 y enseguida topamos con la
Iglesia de Guadalupe, mandada a construir en honor de la Virgen morena en 1575
y muy importante para la gente de Campeche pues es la segunda dedicada a la
Virgen de Guadalupe, tras la Basílica del mismo nombre en la Ciudad de México.
Llama mucho la atención lo cuidada que está la ciudad;
es raro ver un cable o un poste de la luz, todo el sistema de cableado está
soterrado.
Dejamos el barrio de Guadalupe y nos vamos
introduciendo en el de San Francisco. Entre las calles 10 y 12 se encuentra la
Plazoleta de San Francisco con una plaza empedrada con fuente y un edificio del
siglo XVIII. Aquí se encontraba el primer asentamiento maya KaanPech (tierra de
culebras y garrapatas), hasta la conquista del lugar por Francisco Hernández de
Córdoba en 1517, bautizándolo con el nombre de San Lázaro, por ser el santo
del día en el que se conquistó. Más tarde el topónimo maya devino en el más
españolizado de Campeche de San Francisco. Este lugar es uno de los más
antiguos y de más tradición.
Iglesia de San Francisco (Campeche) |
La calle Arista termina en Miguel Alémán y en la
propia esquina yergue la Iglesia de San Francisco de fachada muy sencilla,
perteneciente a la orden de los Franciscanos. Dos arcos, llamados “racioneros”,
porque allí ofrecían los frailes una ración diaria a los más necesitados. Es
una de las iglesias más antiguas de Campeche (1546, terminada en 1598), pero su
verdadero valor se lo da el ser el lugar donde se celebró la primera misa en
tierra firme del Nuevo Mundo –que no de América, que fue en Santo Domingo-.
El Pescador |
Enseguida, alcanzamos el Malecón, oficialmente la
Carretera Costera. Son cinco kilómetros y hoy es el principal punto de
esparcimiento de los campechanos, sobre todo los fines de semana, con pista
para correr y para bicicletas. Quizás subir a un autobús que lleve a lo largo del
Malecón, permita al visitante ver los
principales hitos del paseo marítimo de Campeche.
Plaza de las Culturas (Campeche) |
Campeche, a lo largo de su historia, ha sido cuna de
insignes compositores y poetas; entre ellos destaca José Narváez Márquez,
reconocido compositor musical, que creo una popular canción dedicada a una
bonita estatua de una pensativa joven entre
rocas blancas, icono de Campeche, llamada la Novia del mar. La jovencita de piedra lleva consigo
una leyenda y es que encontrándose perdidamente enamorada de un pirata, éste
salió un día a la mar y todavía no ha vuelto; cada tarde la niña llega a la
orilla y con la mirada perdida al océano sigue esperando la llegada de su amor.
La novia del Mar |
La siguiente glorieta es un homenaje a los marinos; el
obelisco a la Marina Mexicana, con ambos escudos, el nacional y el de la
Marina. Y frente a él, el Bazar artesanal Ah Kim Peech, un gran mercado de
artesanía de Campeche que abre de 10 a 22 horas.
Continuamos nuestro paseo por el malecón disfrutando
del mar a la derecha, de edificios emblemáticos a la izquierda y cruzando
rotondas con estatuas monumentales. Es el caso del monumento a D. Pedro Sainz
de Baranda, quien destruyera la última posición española en la guerra de
independencia y frente a él, el Palacio de Gobierno de Campeche, entre el
Baluarte de La Soledad y el de San Carlos, que alcanza a verse desde delante
del parque Moch Couoh, donde se encuentra también las oficinas de la Secretaría
de Turismo estatal.
Desde el Malecón no se ve el ex Convento de San José,
levantado por los jesuitas en 1716, con una preciosa fachada de azulejos de
Talavera, que otrora fuera el primer faro de la ciudad; hoy es utilizado como
galería de eventos culturales.
Una enorme bandera ondea en la siguiente glorieta. Sus
alrededores son un área de buenos restaurantes. Un poco más adelante el pequeño
muelle de pescadores del barrio de San Román, otro de los barrios populares. Al
muelle vienen muy tempranito a adquirir pescado fresco para restaurantes, etc.
Y una glorieta más con el monumento al ilustre
campechano Justo Sierra Méndez, “Maestro de América”. Escritor, periodista,
político, poeta, historiador y entre sus grandes obras, la promoción de la
fundación de la Universidad Nacional de México.
Cruzamos y nos encontramos con la Iglesia de San
Román, corazón del barrio del mismo nombre. Aquí vivían los marineros y
calafateadores, que restauraban los barcos a base de estopa y brea. Las casas
de este barrio son originales –algunas sencillas y otras más elaboradas-, pero
casi todas de grandes ventanas con guardapolvo y rejas, donde la familia se sentaba al atardecer.
Iglesia de San Román (Campeche) |
Es interesante entrar a la Iglesia de San Román, pues en su interior se encuentra la imagen más venerada de la ciudad: el Cristo Negro de San Román, realizado en el puerto italiano de Civita Veccia y trasladado a Veracruz. Cuentan las historias, que se remontan a los años de la fundación de San Francisco de Campeche, que la ciudad sufrió una gran plaga de langostas y se ofreció la creación de una iglesia al Altísimo, si les libraba de tal desgracia y así se levantó la Iglesia. Había que darle advocación a algún santo y salió por mayoría el de San Román. Ya tenían iglesia y santo para ella, pero les faltaba una imagen de ese santo. Le pidieron a Juan Cano, un comerciante que iba y venía de Europa, que les trajese un Cristo de Italia. Una vez adquirido el Cristo Negro lo compró y viajó a Veracruz, donde llegaban los barcos mercantes. En el traslado de Veracruz a Campeche una gran tormenta azotó el barco que estuvo a punto de naufragar y se cuenta,… que el propio Cristo se puso al mando de timón, salvándoles de una muerte segura.
Plaza de la Independencia (Campeche) |
La Plaza, de noche, bulle de gente, parejas de novios, familias,
en una esquina una asociación de niños con síndrome de Down representan una
obra de teatro sobre un entarimado improvisado; en otra esquina las marimbas
animan la noche con sus notas,….
De jueves a domingo a las 20:00, un fantástico
espectáculo de luz y sonido tiene lugar en Puerta Tierra, en la calle 18 con
59, llamado “Lugar del Sol”. Puerta Tierra fue construida en 1732 –la última de las
cuatro puertas- y en aquella época era la entrada a la ciudad, por lo que fue
testigo de la entrada de los más famosos corsarios; hoy es un icono de la
ciudad.
Espectáculo Puerta Tierra (Campeche) |
Desde esta altura privilegiada y en la noche cerrada, se alcanza a ver, por lo iluminados, el Fuerte de San Jose y el de San Miguel,
la Iglesia de la Inmaculada Concepción con sus dos torres –La Española y La
Campechana-; la enorme cúpula del ex Templo de San José,…
Domingo, 12 de noviembre de 2017
Nuestro siguiente punto previsto era Mérida, a 186 kms.
de Campeche, pero por el camino hay
reclamos a los que no puedes resistirte.
Cuando faltaban 40 kilómetros para llegar a Mérida, apareció
Chochalá, un pequeño municipio, pero que tiene un cenote al parecer
interesante. El Cenote de San Ignacio tiene una profundidad máxima de 7 metros
y 40 centímetros, en la parte más baja. Una gran bóveda y sinuosa iluminación,
que lo hacen un sitio especial.
Cenote de San Ignacio (Chochalá) |
Un cenote (del maya dzonoot: ‘hoyo con agua’)1 es una
dolina inundada de origen kárstico. Existen varios tipos de cenotes: a cielo
abierto, semiabiertos y subterráneos o en gruta. Esta clasificación está
directamente relacionada con la edad del cenote, siendo los cenotes maduros
aquellos que se encuentran completamente abiertos y los más jóvenes los que
todavía conservan su cúpula intacta. Como otras muchas estructuras
geomorfológicas, los cenotes son estructuras transitorias, que finalmente
pueden terminar rellenos y desecados, pasando a formar parte de lo que se conoce
como un paleokarst.
Un poco más adelante, al llegar a Umán, una carretera
secundaria anuncia la población de Celestún; rápidamente consulto la Lonely
Planet y resulta, en teoría, muy seductor: una playa caribeña, un pueblecito de
pescadores y lanchas que te llevan a los manglares que son Reserva de la
Biosfera. ¿Apetecible, verdad? Nos separaban 80 kilómetros por una carreterita que
haría que invirtiéramos dos horas de ida y dos horas de vuelta. A eso, habría
que añadirle el riesgo de no ver flamencos, la estrella de la fauna local, pues
la temporada alta para verlos es de noviembre a abril. ¿Habría muchos?
¿merecería la pena, o no? Pues sí, arriesguémonos.
Puedes alquilar embarcación en el puente, a la llegada
o directamente en la playa. La Lonely Planet recomienda hacerlo en la playa,
por lo que allí nos dirigimos. ¡Qué playa! Fue fácil, el precio parecía
bastante estipulado y que se prestaba poco a rebajas, pues además. nos teníamos que
unir a un grupo medio creado, seis extranjeros y nosotros, 200 pesos por
persona (unos 10 euros).
Fauna había bastante, según parece, nada comparado cuando
la temporada llega a su momento álgido, pero al parecer había ya una colonia
permanente en la zona que nos permitió sacar unas cuantas fotitos bonitas.
Además de las piezas reinas, como son los flamencos, hay también pelícanos,
cormoranes, etc., etc.
Reserva Celestún |
De regreso, por aquella carreterita, nos cayó una
tormenta monumental durante exactamente quince minutos. El limpiaparabrisas no
daba abasto y se estaba haciendo de noche, pero como vino se fue y llegamos a
Mérida.
Celestún |
Catedral de Mérida |
A partir de las 21 horas, todos los sábados, se exhibe un
video mapping en la Catedral de Mérida, llamado “Piedra Sagrada”, mediante el
que se narra la historia de la ciudad. No son muy puntuales y se hace larga la
espera, aunque hay gradas para sentarse.
Domingo, 13 de noviembre de 2016
El hotel es bonito y un tanto curioso. El desayuno se
sirve al lado de la piscina rodeado de flores y cuál fue nuestra sorpresa
cuando nos preguntan si queríamos café con leche y que si la leche la
preferíamos de almendra o de soja: se trata de un restaurante vegano.
Ensaladitas de verduras, chocolate con aguacate y unos panes –versión dulce y
salada- que hacen ellos mismos.
Mérida es una capital con sabor provinciano y al mismo
tiempo, señorial. Es el prototipo de la ciudad colonial de calles estrechas y
grandes plazas; pero además, Mërida es un centro cultural de primer orden con
los mejores museos de la península.
Nuestro ya conocido amigo Francisco de Montejo, el
Mozo, fundador de Campeche, quiso probar suerte más al norte y aprovechando las
desavenencias que había entre los mayas, conquistó Tho (hoy Merida) en 1542.
Ocho años más tarde casi todo Yucatán estaba bajo dominio español.
Tenemos suerte, pues los domingos se cierra a tráfico
la calle 60 y se llena de ciclistas, patines, gente paseando y disfrutando de
una mañana dominical.
Plaza Grande de Mérida |
Palacio Municipal (Mérida) |
Catedral de San Ildefonso de Mérida |
La seo bien merece una visita a su interior. En ella se encuentra un enorme Cristo, conocido como “de la Unidad”, de 7,65 m. de altura hecho en madera de abedul, es el símbolo de la unidad entre los descendientes de los mayas y los de los españoles, llevado a cabo por un artista español. En la capilla izquierda se encuentra el Cristo de las Ampollas, el objeto más famoso de la ciudad. Cuenta la leyenda que la estatua se talló de madera de un árbol alcanzado por un rayo, que ardió durante toda una noche sin quemarse.
Cristo de la Unidad (Catedral de Mérida) |
Cristo de las Ampollas (Mérida |
Casa de Montejo |
Universidad Autónoma de Yucatán (Mérida) |
Palacio de Gobierno (Mérida) |
Palacio de Gobierno (Mérida) |
Por conocer el Paseo Montejo, que es una zona
urbanizada durante el siglo XIX, con ánimo de emular algo parecido al Paseo de
la Reforma de la Ciudad de ´México o los Campos Eliseos de París, con grandes
mansiones y amplias avenidas con boulevar, nos pegamos una caminata desde el
centro a lo largo de toda la calle 56 que es larguísima y sin ningún interés
para llegar a la zona; para comprobar que el famoso Paseo Montejos no deja de ser una zona de grandes viviendas, pero
que no mereció la pena el esfuerzo.
Ha empezado a llover con ganas, por lo que se acabó el
turismo. A descansar.
El siguiente día estaba planificado ir a Chichenitza. Habíamos estado ya hace treinta años y aunque no creía que la pirámides hubieran cambiado de postura, si que estaba convencida –como así fue- que la forma de verlas no sería igual; el ser una de las maravillas del mundo forzosamente ha de condicionar las visitas. Desde hace no mucho se han iniciado unas visitas de noche con show de luz y sonido y me hubiera encantado verlas; pero al parecer son gratis y por ende, las entradas hay que solicitarlas con muchísimo tiempo de antelación. (Se solicitan en la Oficina de Turismo).
Paseo Montejo (Mérida) |
Interior del Palacio de Gobierno (Mérida) |
Valladolid es el siguiente destino, pero como siempre,
se van cruzando cosas por el camino. Cuando apenas llevábamos 70 kilómetros, nos
sedujo Izamel, pueblo mágico. Lo de mágico no es de mi cosecha, sino una dignidad
otorgada por el gobierno de México a ciertas poblaciones; más de cien. Estas
localidades gozan de subvenciones por mantener unos estándares altos de limpieza,
seguridad, atractivos culturales, infraestructuras hoteleras, etc. Dignidad que
pueden perder de no cumplir con los requisitos estipulados.
Convento de San Antonio de Padua (Izamel) |
Antiguamente se trataba de un importante centro de adoración maya a Itzamma, dios supremo, y al Dios del sol. Una docena de pirámides dedicadas a sus dioses fueron lo que los conquistadores encontraron y seguramente para contrarrestar, se construyó un gigantesco monasterio franciscano que hoy ocupa medio pueblo.
El Convento de San Antonio de Padua fue construido con
materiales de las destruidas pirámides mayas (1533). Desde la plaza principal,
una rampa lleva directamente al atrio de la
Iglesia de la Virgen de Izamal, un enorme patio donde cada 15 de agosto
la fiesta de la Virgen (tres noches –desconozco cuáles son- a la semana se
celebra aquí un espectáculo de luz y sonido).
Izamal, la ciudad amarilla |
Existe un pequeño museo que conmemora la visita del
Papa Juan Pablo II al Monasterio en 1993 y su regalo de una corona de plata
para la Patrona de Yucatán. Tres manzanas al norte del Monasterio se encuentran,
restauradas tres de las doce pirámides mayas originales.
El pueblo irradia tranquilidad: niños jugando en la
plaza, mujeres comprando en el pequeño mercado, unas cuantas calesas esperando
la llegadas de turistas que deseen ser trasladados unos pocos metros hasta las
pirámides,… el ayuntamiento, la comisaría, el hotel, el tendejón (tiendas de
ultramarinos), el consultorio de un médico cirujano, la escribanía pública,…. y
dominándolo todo el gran Monasterio, todo anclado en el siglo XVIII.
Izamal |
Izamal |
Continuamos y finalmente llegamos a Valladolid, una
bonita ciudad –la tercera más grande de Yucatán-.
Catedral de Valladolid |
Catedral de Valladolid |
Valladolid comenzó a ser objetivo con el estallido de la Guerra de las Castas en 1847, tras un asedio de dos meses, los defensores de la ciudad fueron vencidos.
Un visita ineludible debe ser la Casa de
los Venados, con más de 3.000 piezas de artesanía mexicana en una colección
privada, y en una casa noble, entorno para el que fueron llevadas a cabo.
Templo de San Bernardino y Convento de
Sisal. A poco menos de un kilómetro de la plaza fueron construidos en 1552 y
1560, para funcionar como fortaleza e iglesia a la vez. Algunos frescos y una
pequeña Virgen es lo único original que queda, En el recito del convento hay un
cenote cubierto por una gran cúpula.
El edificio del Ayuntamiento mantiene en
su piso superior una serie de murales del pintor yucateco Manuel Salazar con motivos
de la llegada de los españoles, la resistencia maya y la coloniación de
Valladolid y Yucatán. La gran plaza está presidida por la
catedral, pero echo de menos el tradicional quiosco, que en esta ocasión ha
sido sustituido por una fuente.
El hotel elegido ha sido el Hotel Colonial
Aurora, que está francamente bien a un super precio: 40 euros sin desayuno.
Martes, 15 de noviembre
de 2016
Merecía la pena madrugar un poco para
llegar a Chichenitza antes que las hordas de autobuses cargaditos de turistas.
Daba igual, hay gente, mucha gente. La que madruga, la que se adapta a la
programación de los tours, la que llega más tarde. La ventaja es que el recinto
es enorme y se reparte entre los distintos puntos destacables.
El Castillo |
Repoblada en el siglo X por Toltecas, Chichen Itza se convirtió en una fusión maya con el dios Chac de la lluvia y
Quetzacoatl, la serpiente emplumada. Influyeron en la arquitectura e
introdujeron los sacrificios humanos, como demuestran numerosos grabados.
No recuerdo bien las infraestructuras de
acceso de Chichen Itza cuando lo visitara hace treinta años, ni si han sido muy
actualizadas o no; lo que si recuerdo es que entonces tenías acceso y podías
subir a las impresionantes pirámides y moverte por ellas a tu antojo. Hoy existe un cordón
de seguridad para que el visitante no se acerque a ellas.
El lugar está dividido en tres áreas: el
Grupo Norte (tolteca), el Grupo Central (construcciones tempranas) y el Viejo
Chichen.
Te recibe, nada más entrar, el plato
fuerte; El Castillo, gran pirámide que no es otra cosa que un calendario maya
hecho en piedra. Templo de 25 metros de altura construido sobre uno maya anterior.
Presenta la serpiente emplumada típica tolteca y guerreros.
9 niveles divididos en dos por una
escalera (9 del inframundo y 9 de los señores de la noche) = 18 terrazas = 18
meses de 20 días por el calendario haab = 360 días más 5 días aciagos.
Cada una de las cuatro escaleras en cada
lado de la pirámide tiene 91 escalones, sumando la plataforma superior se
obtienen 365 . Cuatro escaleras que representan a los cuatro puntos cardinales,
52 paneles que representan el número de años en que se dividen los ciclos del
calendario del sol y la tierra.
Y lo más espectacular, cada equinoccio de
primavera y otoño, durante tres o cuatro horas, cuando la luz solar está directamente
sobre el Ecuador, haciendo que la noche y el día duren exactamente lo mismo, se consiga un efecto óptico que hace que se vea reptar hacia abajo a la serpiente emplumada. Miles de personas se dan cita en la cara norte del templo para contemplar el espectáculo cada 20/21 de marzo y 21/22 de septiembre. Fruto, sin duda, de los profundos conocimientos
astronómicos de los mayas.
En el lado Norte se encuentra una entrada
al Tunel que lleva al Trono. Una pirámide dentro de otra.
Generalizamos, cuando hablamos de las
ruinas de Chichen Itza como galardonadas con el título de “7 maravillas del
mundo moderno”, cuando en realidad tal titulo fue exclusivamente al Templo de
Kukulkán o Quetzalcoatl o El Castillo (para los españoles de la época colonial).
No voy a hacer una descripción exhaustiva
de cada uno de los edificios, pero sí en algo tan peculiar como las canchas del
juego de pelota.
Pok a Pok (juego de pelota) |
Casa de las Monjas (Chichen Itza) |
Su dimensión es de 168 metros de largo y
70 de ancho. Un patio en forma de doble “T” y gradas para los espectadores. Las
paredes constan de anillos a gran altura (aunque esta dependía de si se jugaba
golpeando la bola con la cadera o con el antebrazo, siempre dibujados con la
imagen de la serpiente emplumada. Los jugadores eran catorce, siete de cada
equipo.
El Caracol. Otra edificación que te hace
trasladarte siglos atrás e imaginarte los sabios sacerdotes mayas haciendo
observaciones astrales y cuentas matemáticas para decretar las fechas de los
rituales, celebraciones, la siembra del maíz y la cosecha. El nombre le fue puesto por los españoles
debido a su escalera interna; tiene diseño circular y al parecer las ventanas de la cúpula
están alineadas con la aparición de ciertas estrellas en fechas específicas.
Salimos de Chichen Itza sobre medio día. Nuestro planning tenía Mahahual como
siguiente punto, a 375 kms. y eso suponía 4 horas y media o más. ¿Qué hacíamos
dormir en Chichen y salir a la mañana siguiente tempranito o dirigirnos hacia
allá y dormir donde nos pareciera? Dormir en Chichen no seducía mucho, por lo
que optamos por lo segundo.
La carretera es muy recta, bonita, con
árboles que se cruzan en su punto medio formando túneles vegetales y atravesando pueblos, con bicicletas, paseantes, animales,... una vida rural tranquila y de muy pocas revoluciones. Ya de noche, llegamos a una población que parecía bastante
grande: Felipe Carrillo Puerto.
Plaza Felipe Carrillo Puerto |
Nos quedamos en un hotelito muy barato,
pero correcto, limpio y muy cerquita de la plaza principal: Esquivel.
Museo Guerra de las Castas (Felipe Carrillo Puerto) |
Museo Guerra de las Castas (Felipe Carrillo Puerto) |
Tras tres siglos de colonialismo y subyugación
por los conquistadores españoles y después de la independencia de México –que
no mejoró mucho la situación de los indígenas-, éstos últimos comenzaron a
rebelarse contra el “hombre blanco”, español o criollo, caciques que abusaban
de la situación de dependencia del “hombre indígena”
La Guerra de Castas o Guerra Social Maya
se inició el 30 de julio de 1847 en el municipio de Tepich, donde se desarrolló
una confrontación de lo más sanguinaria, siendo la guerra civil más prolongada
y cruel de América –más de medio siglo-. Inicialmente de origen campesino, entre sus componentes asoman temas sociales, de clase y
abuso de poder. Fue un movimiento bélico que se fue extendiendo por toda la
Península de Yucatán con la insurrección campesina maya contra las condiciones
de explotación, injusticia, excesivo pago de impuestos, tanto al gobierno como
a la iglesia y expropiación de tierras ancestrales.
A estos componentes de todo tipo hubo que
añadir un nuevo factor que rozaría el
fetichismo: el culto a la Cruz Parlante. A los tres años de comenzada la contienda,
aparecieron tres cruces grabadas de entre siete y diez centímetros en una gran
caoba en la espesuras de la selva maya, a la orilla de un cenote, que comenzó a
“hablar” en lengua maya a través de su oráculo Manuel Nahuatl, que tenía
facultades de ventrílocuo, señalando que el pueblo maya había sido el elegido
por Dios. Desde aquel primer mensaje vinieron nuevas proclamas que levantaron
el ánimo de los rebeldes que se veían muy abatidos y perdían poco a poco toda
posibilidad de éxito. La Cruz Parlante se convirtió en un verdadero movimiento
mesiánico y reestructuraron su sociedad, creando una nueva de carácter
teocrático-militar y fundaron su ciudad sagrada Noj Kaj Santa Cruz Xbáalam Naj,
hoy Felipe Carrillo Puerto.
Iglesia Felipe Carrillo Puerto |
El museo, además de contar de una manera
muy didáctica la historia, con muy pocos medios, pero con auténticos objetos
cono instrumentos musicales –que un señor muy amable tocó para nosotros-,
herramientas de campo, ropajes, gastronomía, monedas,…. Todo lo que podía
representar la vida maya en el siglo XIX se encentra en este museo para hacer comprender aquella guerra.
La amabilidad de la gente es impactante.
No habíamos comido cuando llegamos y era demasiado temprano para cenar; casi
todo estaba cerrado. Un restaurante pequeñito, unido a la casa familiar de los
propietarios, fue nuestra salvación. Todo fueron facilidades; estaba cerrado,
pero no importó; rápidamente pusieron la cocina en marcha y nos prepararon
una merienda-cena para chuparse los dedos.
Miércoles, 16 de
noviembre de 2016
Sin lugar a duda, lo que más me gustó de
todo el viaje. Se trata de una playita preciosa; el ejemplo de la playa caribeña que todos
tenemos en la cabeza.
No comprendo cómo una población tan
pequeña y tan tranquila ha conseguido soslayar los embates de recibir cruceros
con miles de turistas. Mantiene un muy agradable malecón con todos los
servicios turísticos necesarios. Los precios, en general, son algo más elevados
de lo que veníamos pagando hasta ahora, pero sin ser una exageración.
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Mahahual |
Mahahual |
Nuestro hotel fue el Koxo Bata’an uno
hotel muy coqueto y con mucha historia; de hecho te venden un pequeño libro contando cómo fue su construcción, como se perdió casi todo tras el huracán y cómo se ha elegido cada detalle, cada mueble, cada material utilizado,... todo tiene
un por qué y un de dónde, pues todo se ha hecho a mano, con sumo mimo y el
resultado ha sido excelente. Lo recomiendo sin dudar.
Jueves, 17 de noviembre
de 2016
¡Adios Mahahual! Nuestra estancia aquí ha
sabido a poquísimo, pero hay que seguir, si queremos continuar conociendo más
rincones.
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Bacalar |
Antes de adentrarnos en Bacalar, seguimos
de largo 10 kms. más para conocer el Cenote Azul, de más de 300 metros de
diámetro y una profundidad de 90 metros. El sitio es bonito y está
acondicionado muy bien para el baño y un restaurante para reponer fuerzas después.
La localidad de Bacalar es un pueblecito
muy pequeño y tranquilo situado en una ribera de la laguna homónima, de agua
dulce y cristalina con todas las tonalidades imaginables –aseguran que tiene
siete tonalidades distintas de azul-.
Bacalar |
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Bacalar |
Bacalar |
Negociamos con uno de los barcos el precio de $200
pesos cada uno (10 euros), pero tendríamos que esperar a que hubiera otro par
de clientes por lo menos. Mientras tanto, nos comeríamos un cebichito de
piscolabis, en uno de los restaurantes. Tras una hora aproximadamente, ya teníamos compañeras de viaje; se habían
sumado dos mexicanas de Ciudad de México, que habían venido por razones laborales, a una convención en Chetumal (capital de Quintana Roo) y aprovecharon para “darse una escapada”.
El viaje
consistió en dos horas, en las que visitabas el Cenote Negro, con una
profundidad de 80 metros y teniendo la posibilidad de hacer snorkel; el Cenote
Esmeralda, de 65 metros y el Cenote Cocalitos de 45, donde se pueden ver estromatolitos
que son piedras vivas consideradas como la formación de vida más antigua del
planeta; el canal de los piratas y la isla de las aves.

Las mexicanas iban a visitar el Fuerte de
San Felipe y nos ofrecimos a llevarlas en el coche, pues nosotros también
teníamos previsto ir.
Desde Restaurante La Playita |
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Fortaleza Bacalar |
El centro de Bacalar tiene una gran plaza,
con su correspondiente quiosco, una iglesia de enormes proporciones para lo
pequeño que es el pueblo y tres o cuatro tiendecitas. Conocimos una navarra que
llevaba viviendo ya un tiempo en este edén y trabajaba como camarera en un
restaurante de la plaza y estaba encantada.
Viernes, 18 de noviembre
de 2016
Rumbo a Tulum, 215 kms. Creo que después
de haber visto Teotihuacan, Monte Albán, Palenque y Chichen Itza, teníamos
cubierta la dosis de pirámides, pero tras haber visto fotos de Tulum, no
podíamos pasar de largo. ¡Pirámides que besan el mar! Sonaba atrayente.
Al llegar, un trenecito acerca al visitante a las ruinas; es corto el trayecto, pero es conveniente ahorrar energías para
invertirlas entre vestigios mayas.
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Tulum |
La ciudad quedó abandonada 75 años después
de la conquista española, una de las últimas que lo hicieron.
Tulum |
Tulum |
La muralla mide 380 m. de sur a norte y
170 de este a oeste. La visita está orientada para que el visitante siga el
camino más correcto y se vayan visitando los principales hitos: De Este a
Oeste: la Casa del Cenote (un pequeño
estanque); el Templo del Dios del Viento (las mejores vistas de todo el
recinto); la Estructura 25; el Palacio (la edificación más espectacular); hacia
el sur: el Templo de la Estela (la Estela 1, actualmente en el Museo Británico);
en el centro del conjunto se encuentra El Castillo, el edificio más alto,
bautizado así por los españoles; al Norte: el Templo del Dios descendente y
hacia la playa el Templo de las Pinturas (de dos plantas).
Tulum |
No se puede machar de aquí el visitante
sin acercarse, a lo largo de una carreterita, a la playa más
sensacional que pueda uno imaginarse, con arena que parece azúcar y un mar de color
verde jade.
Tulum |
Una comidita rica y seguimos camino. Tan
sólo 65 kilómetros nos separaban de Playa del Carmen y no llegó a la hora lo
que tardamos. Tenía muchísima curiosidad (no recuerdo haber estado en ella en
nuestro primer viaje) por conocer cuál era el sitio preferido de los españoles
cuando venían a la Rivera Maya, como se conoce a toda la zona de unos años para
acá.
Bastantes kilómetros antes de llegar, por
la autovía que va hasta Cancún, se van viendo los complejos hoteleros de
dimensiones que rayan en la exageración con unas portadas a todo lujo, con
cascadas, estatuas y una vegetación exuberante. Cientos de metros de portada
por cientos de metros de jardines hasta el hotel correspondiente y de ahí dos
pasitos a la playa, todo con mucho lujo y todo incluido. En fin, llegamos a
Playa del Carmen, vamos a ver si tiene algo más además de lujosos hoteles.
La Rivera Maya fue un invento empresarial
de los años 90 para fomentar las zona a nivel internacional y convertirla en la
“Costa Azul Americana”. Y se consiguió,
¡vaya que si se consiguió! Son 130 km. de costa que incluye Puerto Morelos,
Playa del Carmen, Akumal, Cancun y Tulum. Entre ellas se contabilizan nada más
y nada menos que la friolera de 405 hoteles de cinco estrellas.
Tenía reservado un hotel pequeño (Luna
Blue), cerca de la famosa Quinta Avenida, que estaba bastante bien, pero tiene
un bar abierto a la calle y anuncia música en vivo y la habitación que nos
dieron no estaba muy retirada del él. Ya veríamos como marcharía la noche.
Mi primera impresión es que es una ciudad
grande, pero una ciudad como creada ficticiamente para el turista; pocos
servicios que no sean los que el turista pueda precisar se ven a simple vista.
La columna vertebral de la City es la Quinta Avenida, peatonal, que con sus
casi cuatro kilómetros de largo, ofrece al visitante, hoteles – más modestos
que los que se imaginan en la carretera ¡pero mucho más modestos!-, restaurantes
de todas las cocinas del mundo, centros comerciales a todo lujo, las
principales marcas –americanas y europeas- están presentes en esta arteria, tiendas de todo tipo, discotecas,
bares, pubs, sitios de copas y un largo etcétera. Todo muy cosmopolita y con
mucho glamour.
Sábado, 19 de noviembre
de 2016
Aquella mañana nos cambiamos de hotel, más
tranquilo y en la misma playa. Una gozada desayunar mirando al mar. Aunque el
agua no es tan cristalina como en Mahahual, por ejemplo, ni como veríamos más
tarde en Cancun, las playas de Playa del Carmen están algo más masificadas. Otro cantar deben ser de las que gozan los grandes hotelazos.
Esta vez estábamos más hacia el Sur de
Playa del Carmen. Exactamente los mismos componentes de la zona norte, pero
aquí hay un gran parque, llamado Fundadores, donde vimos a los “voladores de
Papantla” y una iglesia, superbonita, con todo el altar de cristal. En esta parte se encuentra también la
terminal de ferrys, desde donde salen durante todo el día barcos a Cozumel, la
isla paradisíaca por excelencia.
Domingo, 20 a 28 de
noviembre de 2016
El 20 de noviembre se celebra, en todo
México, el día de la Revolución Mexicana; es día festivo y en todas las
localidades se festeja de alguna manera. Aquí, desfilaron todos los alumnos de
colegios, deportistas, asociaciones de todo tipo, con las autoridades del
ayuntamiento presidiéndolo.
Cancun se encuentra a 68 kms. de Playa del
Carmen y allí empezaba otra fase del viaje: una semanita en Cancun en un
estupendo hotel, disfrutando de playa, de buenas comiditas y de un primo que
vive allí y hacía mucho tiempo que no veía, complementaron un buen colofón de nuestras vacaciones mexicanas.
Cancún es difícil para orientarse en un
primer momento; rotondas a las que desembocan media docena de anchísimas
avenidas con boulevares y que en principio parecen todas iguales. Con el tiempo
vas aprendiendo a distinguirlas.
Al hotel no podíamos entrar hasta las 16
horas, por lo que tres o cuatro kilómetros (aquí es imposible hablar de
manzanas, hay que hacerlo por kilómetros) a la izquierda vimos una gran torre
que giraba y no dudamos en ir a hacer tiempo allí.
Torre Cancún |
Cancún que en lengua maya quiere decir
“nido de serpientes”, por su abundancia, es hoy un punto turístico de primer
orden, visitados por personas del mundo entero -cuatro millones de visitantes
cada año-. No en vano es conocida como la “Miami mexicana”; una ciudad que
nunca duerme.
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Cancún |
La espina dorsal de esa lengua de tierra
que es la zona hotelera de Cancún es la Avenida Kukulkán y nuestro hotel “Casa
Maya” se encontraba en el kilómetro 5,5 y en total mide 15 kilómetros, más otros
15 de su continuación, Punta Nizuc-Cancún. En estos 30 kilómetros encontrareis
grandes complejos hoteleros, uno detrás de otro y de vez en cuando un centro
comercial gigante y lujoso con tiendas, restaurantes; todo muy cool.

Como esta fue una semana atípica, me
limitaré a relatar algún que otro sitio que pueda recomendar, sin ser
exhaustiva, pues no nos movimos mucho.
Un día, decidimos ir a Isla de Mujeres
(hacía treinta años que conocimos la isla). Existen cuatro posibles
embarcaderos para zarpar hacia Isla Mujeres; Puerto Juárez, lejos de la zona
hotelera y los tres restantes en Kukulkán: El Embarcadero (sin pérdida ninguna
pues es donde se encuentra la Torre panorámica) – km. 4; Playa Tortugas – km.
6,5 y Playa Caracol – km. 9,5. El precio es de $19 dólares o $146 pesos y los
ferrys salen cada hora de 09:00 a 20:30, salvo de Puerto Juárez y Playa Caracol
que sólo salen durante la mañana.

El ferry te deja en el embarcadero que
está en el centro de Isla Mujeres, con tiendas, mercadillos, restaurantes, la
Playa Norte y en el resto de la isla, además de las islas paradisíacas, hay una
serie de puntos recomendados.

·
Punta Sur – Con unas vistas espectaculares, donde se puede realizar
snorquel o buceo. Pero el sitio es bonito aunque no te mojes; entre tótems e
iguanas.
·
Dolphin Discovery – Interactuación con delfines, aunque son paquetes para
pasar el día, con comida o sin ella.
·
Tortugranja. Las tortugas son especie protegida por las leyes federales. A
esta granja llevan los huevos puestos en las playas defendiéndolos de los depredadores;
cuando nacen, o bien las llevan a estanques o las liberan al mar.
Un gran acuario nos muestra tortugas de varias especies y tamaños –de las
recién nacidas a las que miden hasta medio metro de largo. Se puede comprar
comida a la entrada y alimentar a las tortugas.
·
Capilla de Guadalupe, un precioso templo con el altar mayor todo de
cristal, con vista al mar. Merece la pena verlo.
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Cementerio Isla de Mujeres |
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Cementerio Isla de Mujeres |
Recreación Museo Subacuático |
Recreación Museo Subacuático |
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Parque de las Palapas |
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Parque de las Palapas |
Avda. Kukulkan |
Plaza Bonita |
Plaza Bonita |
Playa de los Delfines |
Y playas, todas las que queráis y como las
queráis: concurridas o recoletas, largas o pequeñas, con aparcamiento, con
socorristas, con alquiler de tumbonas,… Teóricamente, la ley mexicana establece
que se puede pasear y nadar en todas las playas del país y así es, aunque en
una gran mayoría de los casos, tengas que atravesar el hall de un hotel para
acceder a ella.
Aquí termina nuestro viaje allende la Ciudad de México, donde pasaremos tres días más y regreso a Madrid, que ya preveo difícil, tras haber disfrutado del paraíso.
Viaje a México / Ciudad de México / Capítulo VI
Aquí termina nuestro viaje allende la Ciudad de México, donde pasaremos tres días más y regreso a Madrid, que ya preveo difícil, tras haber disfrutado del paraíso.
Viaje a México / Ciudad de México / Capítulo VI