Ourense, Pontevedra y Vigo, tres ciudades para una escapada gallega

1 a 4 de julio de 2016

OURENSE

¡De nuevo en Galicia! Esto se llama querencia.

El pretexto esta vez fue la celebración anual de una Fiesta de Interés Turístico Internacional: "A rapa das bestas". Año tras año veía los reportajes de esta llamativo evento y este año, no lo pensé más y compré entradas, con un mes de antelación.

Un par de días antes y un par de días después completarían la escapada. ¿Dónde? : Orense. ¿Por qué razón no conocemos Orense? La gran olvidada gallega. Ahora, puedo decir con conocimiento de causa, que Orense también tiene sus encantos y se come muy, pero que muy bien.


El hotel elegido fue el Gran Hotel Ourense San Martín, reservado a través de Booking. Buena elección por instalaciones, trato del personal y ubicación; quizás le haga falta alguna que otro detalle de conservación, pero por 58 euros con desayuno, tenía una buena relación calidad/precio. Si conseguís que os den una habitación en un planta de las más altas, disfrutaréis de unas estupendas vistas.

Siguiendo nuestro ritual de conocer dónde se come mejor, nos dirigimos a parroquianos, que sin dudarlo, nos dirigieron a los aledaños de la Catedral; la zona peatonal, que está plagadita de restaurantes al cual mejor.

Orense nos deparaba otra sorpresa estaban en fiestas -las Fiestas del Corpus- y el centro entero, con todas sus calles, albergaban un Mercado Medieval.

La calle peatonal Rua do Paseo, con bonitos comercios a derecha y a izquierda conducen directamente hasta la Plaza Mayor; grande, porticada y, sorprendentemente, con un buen grado de inclinación. Al parecer la plaza ha visto celebrar sus mercados, sus ferias, sus fiestas mayores durante siglos, pero sus edificios, hoy, son del XIX los más antiguos. Los comerciantes se empeñaron en ir renovando la urbe y sólo quedan dos edificios blasonados; uno es el ayuntamiento (1888) y el otro, el Museo Arqueológico, que ocupa el solar del primitivo campamento romano, luego morada de reyes suevos y, finalmente, palacio episcopal y, ahora, al servicio del turista, museo.
Plaza Mayor (Orense)
Catedral de Orense
La Catedral de San Martiño, preciosa por dentro, pero un poco encajonada por fuera. No fui capaz de sacar una foto completa de ella. Poseen audioguía y por la cercanía a la hora en que cerraban para comer, tuvimos que recortar nuestra visita -aunque la amable señorita que nos atendió nos juró que no nos cobraría si volvíamos en un tiempo no muy lejano ¡Bueno, pues habrá que plantearse hacer otro viajecito!

Hay muchísimas cosas que llaman la atención de su interior; sobre todo, la Capilla Mayor, el Pórtico del Paraíso, del que los orensanos presumen diciendo que es tan bonito como el de la Gloria de Santiago, pero además, ellos lo preservan todavía en policromado; y el Museo Catedralicio, con verdaderas joyas.
Interior Catedral de Orense

Pórtico del Paraíso de la Catedral de Orense
Como curiosidad, la Capilla del Santo Cristo. Un Cristo gótico con pelo natural y del que se dice que su cabello crece. No hace falta contar la devoción popular que el pueblo de Orense tiene ante esta peculiar obra de imaginería.
Santo Cristo de Orense

"Tres cousas hai en Ourense
Que non as hai en España
O Santo Cristo a Ponte
E as Burgas fervendo a auga"

Alrededor de la talla existe un aura de misterio que los orensanos creen a pie juntillas. Se atribuye su construcción al mismísimo Nicodemos (que bajó junto con San José al Señor de la cruz); se dice que la realizó con tal realismo que le obligaron a desprenderse de ella, por lo que la depositó en el mar palestino y así llegó a Finisterre y desde allí la trajo a su ciudad un prelado. Otros aseguran que no se trata de una escultura sino del cuerpo de un ajusticiado a quien le sigue creciendo el pelo, la barba y las uñas. Quedaos con la historia de vuestro gusto.

 Seguid pateando y encontrareis sorpresas en cada rincón, como la Iglesia de Santa Eufemia, antiguo convento jesuítico. Como la catedral, un poco encajonada.

Al atardecer, la ciudad se transformó.


Fiestas Orense

Fiestas Orense




































Alameda do Concello (Orense)
Ampliemos nuestro marco y acerquémonos a conocer el Orense del siglo XIX: su Alameda. La medieval "Horta do Concello" se transformó cuando se abrió la Rua Progreso que la atraviesa, con la construcción de una serie de edificios modernistas.













Alameda (orense











Cruzad nuevamente la rua Progreso y llegaremos a otro de lo puntos fuertes de Orense: As Burgas, uno de los manantiales de la urbe. Porque Ourense es la ciudad del agua y no solamente porque la cruza el río Miño y la flanquea el Barbaña, sino por sus famosas fuentes termales: Chavasqueira, Tinteiro, Burga do Muíño, Outariz, todas situadas a lo en la margen derecha del río Miño y a lo largo de la carretera N-120 Logroño-Vigo. Y por supuesto, en la mismísima urbe, As Burgas.
De entrada gratuita, un Centro de Interpretación muestra cómo se encontraron los primeros restos arqueológicos que probaban la presencia romana en la zona. Con herramientas audiovisuales e interactivas, te introducen en el mundo de las "aguas salutíferas"; su composición y sus usos terapéuticos; sus balnearios y sus termas. La vsita se completa con una visita al Bulevar peatonal en una especie de museo al are libre: pozos contemporáneos, una tumba medeval, estructuras de muro romanas y la piscina santuario de Revve Anabaraego del siglo I. d.C.
As Burgas
Las instalaciones pueden ser vistas desde el exterior.
Las Burgas son unos manantiales termales que brotan a una temperatura de entre 64 y 68ºC, con un caudal de 300 litros por minuto. Se trata de tres manantiales: la Burga de Arriba (siglo XVII), la Burga do Medio (la que representan las fotos y donde está el Centro de Interpretación) (2010) y la Burga de Abaixo (siglo XIX). Estos manantiales fueron declarados Conjunto Histórico Artístico en 1975.
As Burgas
Una leyenda asevera que las aguas nacen debajo de la capilla del Santo Cristo; lo cierto es que nacen por la filtración de agua de lluvia a través de fracturas del terreno y llegan hasta profundidades de dos kilómetros. Se calientan y salen al exterior cargadas de minerales.

As Burgas
As Burgas
Mi contribución especial al Padre Jerónimo Feijoo, orensano de pro, una de las cabezas pensantes más representativas de la Ilustración española y un adelantado a su tiempo y defensor de los derechos de la mujer, entre otras muchas cosas.
Padre Feijoo
 Un día y medio no daba para mucho más, pero no podíamos salir de Orense sin dar un paseo por el Miño y ver de cerca sus puentes; por lo que de "puente a puente y tiro porque me lleva la corriente".

A Ponte Vella. Del primer puente romano de época de Augusto no quedan mas que algunos sillares almohadillados.En el siglo XIII se reconstruye. La torre que aparece en el escudo de la ciudad se demolió en el siglo XIX.

Puente del Milenio. Inaugurado en 2001, diseñado por el arquitecto Álvaro Varela. No dejéis de dar un paseo por su pasarela peatonal que se eleva 22 metros, proporcionando espectaculares vistas del Miño.
Puente del Milenio (Orense)

Ponte Vella (Orense)

Puente del Milenio (Oresnse)


Al día siguiente, 2 de julio, salimos de Orense después de comer, pues a las 17 horas teníamos que estar en Sabucedo (el GPS nos jugó una mala pasada y nos perdimos un poco), para ver la Rapa das bestas. Si estáis interesados en el evento, que sin lugar a dudas merece la pena ir alguna vez en la vida, pinchar en el enlace.

Rapa das bestas (Sabucedo)


PONTEVEDRA

De vuelta de Sabucedo, derechitos a Pontevedra (37 kilómetros).

Esta vez la reserva sería en Hotel Rúas, muy básico, básico; especie de hostal, pero limpio, con baño, TV  y, sobre todo, con una ubicación inmejorable.

No es la primera vez que visitamos Pontevedra, por lo que esta guía no será todo lo completa que debiera, pero sí contaros lo que dio de sí nuestra visita.

No recuerdo si conocíamos Pontevedra de noche, pero ¡qué bonita es!


Santuario de la Virgen Peregrina (Pontevedra)

 A la revuelta de una calle, una orquesta tocando por Hydn, a la de otra, un cine al aire libre y sus decenas y decenas de buenos restaurantes, donde degustar las exquisIteces gallegas.


Pontevedra es pequeña y se puede recorrer perfectamente a pie. Si eres una persona organizada, que no te gusta dejarte nada por ver, dirígete a la Oficina de Turismo, ármate con un mapa y sigue un itinerario, sino, deja guiarte por tu instinto y disfruta cada calle, cada plaza, cada pazo y cada paso. ¡Es única!










Santuario de la Virgen Peregrina (Pontevedra)
Virgen Peregrina (Pontevedra)
 Santuario de la Virgen Peregrina. Construida en 1778. La forma de su planta está inspirada en una vieira, símbolo por antonomasia de los peregrinos. Acoge la imagen de la Virgen Peregrina (imagen del siglo XIX), que además de ser la patrona de la provincia de Pontevedra, es la patrona del Camino Portugués a Santiago. Fue declarado Monumento nacional en 1982.


 Cerquita del Santuario de la Virgen Peregrina el viandante se encuentra con este loro y se preguntará seguramente qué pinta ese loro en mitad de la calle. Os contaré la historia, que una guía nos contó hace años enseñándonos Pontevedra:

A finales del siglo XIX existía en esa esquina una farmacia regentada por Perfecto Feijoo, muy conocido en la ciudad y en su establecimiento se reunían personalidades de política, artes y ciencias a debatir sobre lo humano y lo divino. En una ocasión, un amigo le regala al farmacéutico un loro.
En principio, al loro le costó adaptarse a su nuevo medio ambiente: dentro de la botica, en la rebotica con los tertulianos de turno o en el exterior, dependiendo de la época del año y la hora del día. El loro pronto empezó a dar muestra de alborotador, irreverente e irrespetuoso, por ello los parroquianos le bautizaron como Ravachol (famoso anarquista de la época y temido terrorista, que sería ejecutado en la guillotina).
La verborrea y gracia del loro pronto fue el divertimento de todo Pontevedra. No dejaba títere con cabeza y tenía una frase adecuada para cada uno de los parroquianos; incluso articulaba frases, en gallego, que pronto pasaron al lenguaje diario de los pontevedreses. Hasta la propia doña Emilia Pardo Bazán salió algo malparada con sus diatribas.

En 1913 fallece el Loro Ravachol y se dice que fue debido a un empacho de bizcochos empapados en vino. El cadáver es embalsamado y expuesto en la farmacia; se cuenta que todo Pontevedra acudió a darle el último adiós. Se decide enterrarlo el miércoles siguiente, "de ceniza" y una comitiva con jinetes, bandas de música, carrozas, trasladan al querido lorito hasta terrenos que Don Perfecto tenía a las afueras de Pontevedra.

En el año 1985, a un grupo de pontevedreses se le ocurrió recrear el entierro del Loro Rovachol durante el Carnaval y desde entonces, cada año, el fúnebre evento cierra el carnaval de la ciudad.








Y, como siempre me perdonaréis mi guiño literario, esta vez dedicado a dos genios de las letras nacidos en Pontedra:  

Alfonso Castelao (Rianxo, Pontevedra-1886)
Ramón de Valle-Inclán (Vilanova de Arousa, Pontevedra-1866)


































VIGO

Poco tengo que contaros y a fuer de ser sincera he de confesar que cada vez que vengo a Vigo le nota un poco más moderna y un poco menos auténtica. Irremediablemente, el número de turistas y de cruceros con parada en la ciudad está en justa proporción con la pérdida de su identidad.

Teníamos reservado en el Hotel Axis y fue nuestro único acierto: cuatro estrellas a precio de dos. Desde las plantas superiores tiene unas buenas vistas. No está muy lejos del centro, el único inconveniente es que la vuelta es cuesta arriba y se hace muy ídem.


El objetivo de nuestra estancia en Vigo era visitar las Islas Cíes -asignatura pendiente en mi acervo viajero-, pero por motivos personales, no pudimos llevarlo a cabo tampoco, en esta ocasión.

Poco dio de sí nuestra visita, pues comimos en el Mercad de A Pedra, que recordábamos como el sitio de Vigo para comer marisquito rico y barato y ya no cumple ninguna de las dos expectativas.



originales semáforos en Vigo











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