Petra y Wadi Rum (Viaje a Israel y Jordania -Capítulo 4)

Petra, la ciudad rosa
25 de junio

Hoy es nuestro aniversario. No fue la celebración de nuestra vida, pero ya nos resarciremos cuando estemos en territorio patrio.

A las 12 de la mañana había quedado con Josue un taxista del que no tenía referencia ninguna, pero que encontré en internet y me pareció que su presupuesto era bastante legal; es más, diría que baratísimo; claro que hay que tener en cuenta que esto es ya Jordania y es otra historia. (Por si a alguien le interesa su contacto: Yousef    Mobile Number:  +962777710832 /Jordan Taxi / Email:  booking@jordan-taxi.com. La experiencia fue positiva. Una persona muy correcta, habla inglés bastante bien y puntual. Me cobró 115 dinares = 150 euros por los siguientes trayectos;

  • Frontera jordano-israeli Yitzhak Rabin- Wadi Araba a Petra: 128 km., unas 2 horas; 
  • Petra a Centro de Visitantes de Wadi Rum: 113 kms., unas 2 horas
  • Centro de Visitantes de Wadi Rum a la frontera jordano-israeli Yitzhak Rabin- Wadi Araba: 70 kms., una hora aprox.)



Los trámites en la frontera fueron rápidos, dentro de lo que cabe, pues entre que vas a la ventanilla en la que pagas las tasas de salida de Israel y los sellos de entrada en Jordania, se pierde fácil media horita. Nada más cruzar, estaba Josué, con un coche bastante moderno, con aire acondicionado y cómodo. Nos llevó hasta Petra, no sin antes intentar pararnos en una tienda de souvenirs de lo que me defendí como gato panza arriba. Los panoramas montañosos que íbamos viendo por el camino eran especialmente bonitos. Jordania es un país con muchos encantos, por lo que estamos comprobando. Alguna parada a sacar fotos, que sí que fueron de agradecer.
Cadena montañosa que separa el Valle del Jordán con la llanura desértica del Este (Jordania)

Petra Moon Hotel
El hotel, el Petra Moon, no podía haber sido mejor elección (175 euros, dos noches con desayuno): cómodo, buen servicio, amplias habitaciones y lo mejor de todo, a cinco minutos del Centro de Visitantes de Petra.

Esa misma tarde, nos acercamos a comprar las entradas para ver Petra by Night. Curiosamente, no se compran en las taquillas normales, sino que las venden cualquiera de las tiendecitas que rodean el centro de visitantes. Me sonaba un poco raro, pero las entradas eran oficiales y tenían el precio impreso, por lo que no podía haber engaño posible. Luego nos dimos cuenta de que quienes lo organizaban eran los propios comercios, pues nos citaron a las 20:30 h., pero el restaurancillo estaba al completo de gente pidiendo cosas y hasta que no terminó no cerró y los encargados fueron los que nos conducirían hasta el sitio del espectáculo. Un consejo, no olvidéis algo de abrigo, Refresca mucho de noche.

De noche, por un camino irregular, flanqueados por la luz de las velas, el kilómetro y medio que hay hasta el Tesoro, se hace interminable, pues íbamos a todo correr -debido al tiempo perdido- y sin ver casi nada. Pero cuando termina el Siq. y aparece esa "nueva maravilla del mundo moderno", te resulta verdaderamente difícil cerrar la boca. No hay palabras para describir tal belleza.

El espectáculo no vale gran cosa, pero tampoco es necesario, con ver esta maravilla es suficiente. ¡Cuánto me alegré de verlo de noche!

"Hazme igual a la maravilla celosamente guardadas por el sol del este. Una ciudad rosada tan antigua como el tiempo,..."
It seems no work of Man's creative hand,
by labour wrought as wavering fancy planned;
But from the rock as if by magic grown,
eternal, silent, beautiful, alone!
Not virgin-white like that old Doric shrine,
where erst Athena held her rites divine;
Not saintly-grey, like many a minster fane,
that crowns the hill and consecrates the plain;
But rose-red as if the blush of dawn,
that first beheld them were not yet withdrawn;
The hues of youth upon a brow of woe,
which Man deemed old two thousand years ago,
match me such marvel save in Eastern clime,
a rose-red city half as old as time.

 (Dean Burgon)
Petra by Night

26 de junio

A las 06:30 h. estábamos desayunando a fin de estar en la puerta a las 07:00 de la mañana, evitar las horas de más sol y, de paso, las hordas de turistas que vienen a Petra en el día y que sobre las 10:00 ya habían invadido el lugar. Caro, muy caro, para tener ayudas de la Unesco: 65 euros cada entrada, me parece algo abusivo, pero... ¡es lo que hay!

Mi primera recomendación, dosificación: Petra tiene ochocientos lugares registrados, no os paréis en cada piedra con forma de lo que sea que veáis, pues las distancias son largas y hay muchísimo que ver.

Ahora sí que disfrutamos del Siq. Desde la entrada, 800 m. colina abajo conduce hasta el comienzo del Siq que mide 1,200 m. Debo reconocer que nos limitamos a visitar lo que estaba a pié de camino, pero Petra está llena de lugares en alto, con vista -imagino impresionantes- pero a los que hay que acceder a estilo cabra y he venido cuarenta años más tarde de lo que habría debido.

Los nabateos, pueblo inteligente donde los haya, eran una tribu nómada, procedente de Arabia y que se asentaron en esta zona alrededor del siglo VI a.C. Eran unos grandes comerciantes, que durante los siguientes cinco siglos invirtieron sus riquezas en crear una ciudad que en su época de gran esplendor llegó a contar con 30.000 habitantes. Los nabateos tenían su propia escritura cursiva (precursora del árabe) y crearon grandes presas, cisternas y canales, además de la belleza de sus edificios. En el 106 d.C cayeron en las fauces romanas, pero no cejaron e incluso siguieron embelleciendo su ciudad, ahora con elementos romanos; el mismísimo Adriano la visitó pocos años después.

Los terremotos de 363 y 551 destruyeron gran parte de Petra y todo el mundo la dió por "perdida", salvo los beduinos que procuraron repararla, conservarla y mantenerla "en secreto". En 1812, un joven explorador suizo, disfrazado de santón musulmán logró infiltrarse entre ellos y se acabó el aislamiento. arqueólogos, viajeros, excavadores continúan, hasta la fecha, encontrando nuevos tesoros escondidos bajo tierra.


  • Bloques de Dijinn, grandes bloques pétreos que custodian el sendero; de la época nabatea. Se desconoce su función.
  • Tumba de los obeliscos y triclinio de Bab al-Siq. Tumbas del siglo I a.C y triclinio donde se celebraban fiestas para rendir homenaje a los muertos
  • El Siq. 1,2 km. de longitud. Aquel que quiera entrar como Indiana Jones a galope de un bonito corcel puede hacerlo. Se alquila todo: caballos, burros, mulos, camellos, coches de caballos, todo vale, pero con todos mis respetos, la velocidad no dejará deleitarse de estas impresionantes moles como merecen. Al parecer, técnicamente, el Siq, con sus paredes de 200 m. de altura no es considerado un cañón (garganta erosionada por el agua), sino un colosal bloque desgajado por  fuerzas tectónicas. No debe pasar desapercibido los canales originales para conducir el agua y las tuberías de terracota de 2.000 años. Y finalmente, cuando las paredes se estrechan hasta casi tocarse, asoma el majestuoso Tesoro de Petra.
  • Tesoro. 43 m. de altura y 30 m. de ancho. Opiniones para todo los gustos: figuras que representan a los hijos de Zeus; la diosa egipcia Isis o la diosa nabatea Al-Uzza, o Tique, la diosa griega de la fortuna. La realidad es que se talló como sepulcro del rey na bateo Aretas III (entre el año 100 a.C y el 200 d.C. No pierdas la oportunidad de dar la espalda a la maravilla y observar durante un tiempo las caras de los turistas cuando llegan al Tesoro.
  • Calle de las fachadas. Más de 40 tumbas. Se puede subir al altar de los sacrificios, aunque nosotros no lo hicimos. (Camino de unos 45 minutos hasta los obeliscos).
  • Teatro. excavado en la roca por los navateos, con una capacidad para 3.000 personas; los romanos ampliaron su capacidad hasta 8.500 espectadores (el 30% de la población de Petra). Muy dañado por el terremoto del 363.
  • Tumbas Reales. Se trata de los sepulcros excavados en los acantilados occidentales más espectaculares de Petra. A los mismos se puede subir también.
  • Calle con columnas. Era el centro de Petra, construida alrededor del año 106 d.C. Construida sobre una calle nabatea, en su día tenía columnas forradas de mármol con varios pórticos que conducían a las tiendas. En sus inmediaciones, el Nínfeo (la fuente pública); ruinas del palacio real; los baños nabateos. De todo queda poco.
  • El Gran Templo, excavado en 1993, importante templo nabateo del siglo I, sufrio grandes desperfectos con un seísmo, pero fue utilizado hasta finales del periodo bizantino.
  • Qasr al-Bint. Uno de los pocos edificios exentos de Petra. Fue levantado hacia el 30 a.C por los nabateos, adaptado al culto de los emperadores romanos y destruido hacia el siglo III. Uno de los templos más importantes de la antigua ciudad.
  • Templo de los leones alados, bellamente decorado y es una de las últimas excavaciones llevadas a cabo en Petra.
  • Iglesia de Petra. Edificada por los nabateos y rediseñada por los bizantinos. Bellos mosaícos.
  • Museo Al-Habis
  • Museo Nabateo
  • Monasterio (Al-Deir). Oculto en lo alto de la colina se encuentra otra de las joyas de Petra; parecido al Tesoro, pero mucho mayor (50 m. ancho por 45 m. de alto). Construido en el siglo III a.C, para servir de reposo al rey nabateo Obodas I. El nombre le viene de las cruces que hay en el interior que hizo que sirviera como iglesia en época bizantina. 800 escalones aseguran los chiquillos que te alquilan cuadrúpedos para subir. Obviamente no los contamos, pero aseguro que no hubiéramos sobrevivido de haberlo hecho con nuestras propias piernas. La subida en caballo (Manolo dice que el suyo era un burro no un caballo) tiene su aquel; los animalitos se resisten a subir, pero los niños les zurran y entonces la subida es a todo correr durante cinco o seis escalones hasta que pierden nuevamente el resuello. La sensación de que vas a salir disparado en un momento dado es casi permanente. La bajada la hicimos descabalgado, pues no imagino lo que puede ser con un animal que está deseando llegar abajo. Pero sí que recomiendo no dejar de subir. Merece la pena, tanto como el Tesoro de la entrada.
Salida de Petra
Esto es a groso modo lo principal de lo que vimos en Petra, pero advierto de que el que quiera verlo todo, tiene para ese día y el siguiente. Terminamos sobre las 17:30 horas y alquilamos un coche de caballos para que nos llevara desde el Tesoro a la entrada -a toda pastilla, parece que estos animales no saben andar con lentitud o mas bien sus propietarios que cuanto antes hagan un recorrido más clientes tendrán-.







Petra

Petra

Tumba del Obelisco (Petra)


Beduino con sus burricos


Siq (Petra)

Final del Siq, vislumbrando el Tesoro

Tesoro (Petra)



Petra

Petra

Petra

Calle de las Fachadas (Petra)


Petra



Calle Columnada

El Gran Templo (Petra)

Subida al Monasterio
 Este es el "figura" que nos subió al Monasterio. Con el padre acordamos que serían 30 dinares por los dos; pensando que iba a hacer un acto de generosidad le di 40 (un tercio más del total) y me dice que eso no es nada en plan gallito; tanto es así que tuvo que intervenir el dueño de un puesto que le llamó la atención y se fue mohíno.

Antes de nuestro rifirafe le pegunté si iba al colegio y me contesta, diría que con algo de orgullo, que por supuesto que no y al decirle si cuando fuera mayor no le gustaría tener un trabajo mejor, por lo menos menos duro de lo hacía, me vuelve a responder  "It's my life and it's the best". Punto en boca, quizás tenga razón.


Petra

Monasterio (Petra)

 27 de junio

Anécdota curiosa: Hoy nos tendría que recoger Josué a las 09:00 de la mañana, por lo que a las 08:30, bajamos a desayunar y lo que el día anterior (a las 06:30 h.) era un comedor con multitud de mesas centrales con fuentes con fruta fresca, embutido de todos tipos, humus, aceitunas, mermeladas, bollos recién hechos, etc., etc. hoy era o parecía el comedor de un "hospital robado": absolutamente nada de nada sobre las mesas. Sorprendidos, cuando sale un camarero de la cocina y nos dice que un momentito y se vuelve a meter. ¿Cómo íbamos a esperar a que montasen todo eso? Indignada, me voy a recepción y pregunto qué es lo que ocurre. Al parecer somos los únicos clientes del hotel y lo que el camarero nos estaba preparando era un poquito de cada cosa para que desayunásemos.

A las 09:00 se presentó un taxista enviado por Josué, ya que él no podría llevarnos, pero sí que nos recogería al día siguiente. Josué llamó por el camino, disculpándose y nos comentó que ya había hablado con los del Camp del desierto para que estuvieran a recogernos en el Centro de Visitantes.

De los muchos campamentos que hay en los alrededores de Wadi Rum, elegí el que mejores comentarios tenía de Trip Advisor: Wadi Rum Green Desert. Nadjah, su propietario me dio todo lujo de información a través de email y fue muy diligente, por lo que no dudé. Lo que sí me hizo vacilar y mucho, era saber qué queríamos hacer en el desierto. Era una experiencia pendiente, de la que desconocíamos casi todo.

Nadjah me hablaba de excursiones en 4x4 de cuatro o de ocho horas y no sabía si ocho horas dando vueltas por el desierto iban a saturar demasiado. Pero lo que me terminó de fundir los plomos es cuando me habla de "escaladas light". Pero vamos a ver, ¿vamos al desierto o al Kilimanjaro? Entonces sí que se me pusieron los pelos de punta y le dije que la excursión de 4 horas y de hacer el cabra, nada.

Nadjah (Wadi Rum Green Desesrt)
A las 11 estaba Nadjah, con su chilaba blanca impoluta, con gemelos de marca en los puños, gafas Rayban y gomina en el pelo. ¡Todo un gentleman mahometano, hablando un perfecto inglés, aprendido de manera autodidacta.

Al parecer somos también los únicos clientes hospedados en el camp. Muy bien, no sé si esto será muy divertido.

A toda pastilla, por la "highway del desierto", llegamos al camp. Unas cuantas tiendas de estilo beduino (habíamos visto por el camino las auténticas). La que sería nuestra habitación se componía de una cama de matrimonio y dos mesillas. Nada más. Ah, sí, y mucho calor. Hacía un calor horroroso. Pregunté a Nadjah si de noche refrescaba y se estaría mejor y me contestó que sí, pero que si lo preferíamos podríamos dormir fuera. Él dormía siempre fuera. No sé, qué me asustaba más. Dormir fuera podría ser una magnífica experiencia, pero,... el alacrán, por ejemplo, puede vivir en el desierto. No sé, por la noche elegiríamos.

El campamento, básico, no se puede esperar otra cosa, con baños de obra y todo muy limpio. Tiene una jaima social, para tomar el té, debatir sobre las experiencias del día o, simplemente, relajarte y las jaimas dormitorios, desde un mínimo de dos, hasta ocho -creo recordar-.

Definitivamente habíamos optado por el tour de 4 horas, por lo que Nadjah dispuso todo para que su ayudante -desgraciadamente no recuerdo el nombre-, diligente como pocos nos pusiera dos colchones a la sombrita de una de las grandes moles pétreas que hay por la zona. Disfrutamos de aquella tranquilidad hasta que solícito ayudante volvió a aparecer, haciendo malabarismos por la piedras, con una bandeja enorme con nuestra comida (he de decir que la mejor que hemos comido en todo el viaje). Al poco y después de habernos quitado los restos de la comida, nos volvieron a trasladar los colchones, pues en breve empezaría a dar el sol en aquella parte. En fín, sibaritismo puro.

Cuando llegó la hora, partimos con Nadjah a comernos el desierto. Pronto me arrepentiría de haber reducido el tour a la mitad, al parecer el desierto tiene mucho que ofrecer y no es todo "más de lo mismo" como pensábamos.

El primer punto destacable que conocimos a nuestra llegada fue "Los siete pilares de la sabiduría", gran formación  rocosa con siete estriadas torrecillas, que debe su nombre al famoso libro de Lawrence de Arabia sobre la rebelión árabe.

No se puede dar un paso en Wadi Rum sin tener presente la figura de Lawrence de Arabia, pues aquí instaló su base temporal, en 1917. Aunque irónicamente han sido mas bien los occidentales los que le han otorgado la categoría de héroe en la lucha; para la mayoría de los árabes ha sido uno de más de los cien mil árabes que murieron por la lucha de construir una nación.

Nacido en 1888 en el seno de una familia británica acomodada, estudia arqueología en Oxford y siente pasión por Oriente. Al estallar la Primera Guerra Mundial es elegido por los servicios de inteligencia en El Cairo y rápidamente se vio atraído por la Rebelión Árabe,cuyo objetivo era formar un estado árabe y expulsar a los turcos. Aprendió a montar en camello, se vestía como árabe y en 1917 se unió a los ejércitos del emir Faisal (posterior rey Faisal)´. Murió en un accidente de moto en 1935.

Wadi Rum son casi 100 kilómetros de dunas y colinas con el valle central a 900 m. por encima del nivel del mar. Es una zona protegida en la que también viven unos 5.000 beduinos que recientemente han optado ya por una vida más sedentaria

Manantial Ain Abu Aineh -no es el famoso descrito por Lawrence, que no nos daba tiempo-, de hecho está seco desde hace un tiempo, pero muy cerca hay un monolito con inscripciones que demuestran que el manantial llevaba utilizándose desde hace miles de años.

La Casa de Lawrence (Al-Qasir). Poco queda de ella y al parecer se construyó sobre las ruinas de una cisterna de agua nabatea, el haber sido utilizada por Lawrence como refugio, la convierte en una visita obligada.

Dunas de Al-Hasany. Impresionantes. Un grupo de chicos españoles miraban cómo las chicas del grupo habían conseguido coronar la gran montaña de arena y bajaban por ella con gran habilidad. Las felicitamos en riguroso castellano desde lejos y se pusieron muy contentas. Contemplando esta maravilla, noto que me hundo en la arena. ¿qué pasa? Es el aire me dice Manolo que mueve hasta el todoterreno. Cuando vuele Nadjah nos pregunta que si habíamos notado el terremoto. No quiero pensar en un temblor cerca de una de estas moles de piedra en las que están una sobre otra en increíble equilibrio.

Por muchos sitios de Wadi Rum hay inscripciones tamuedeas y nabateas, con figuras de camellos, guerreros cazadores, etc.

Nadjah nos dijo que nos llevaría a un Siq a la mañana siguiente, antes de llevarnos al Centro de Visitantes, con Josué iría a recogernos a las 9 de la mañana.

Finalmente, había llegado la hora de contemplar la puesta de sol. Nos llevó a un sitio estratégico que desde abajo no parecía ofrecer mucha dificultad para subir. Error. Yo creía que se hacía de noche y nosotros seguíamos intentando alcanzar la cima. Pero sí, lo conseguimos y es algo verdaderamente espectacular.

Cuando llegamos de vuelta al campamento, iba a sufrir un fuerte shock. Nadjah tenía visitas, un matrimonio amigo suyo, que venía a su vez con otro amigo de Arabia Saudita. Nos presentaron y nos unimos a la tertulia con un rico té (no me gustaba, pero ahora sí) y dátiles (tampoco me gustaban, pero ahora sí). La mujer de la pareja, vestida con niqab negro riguroso, que tan solo dejaba al descubierto sus manos y los ojos, introducía la taza del té entre velo y velo y hablaba animadamente en perfecto inglés, idioma al que cambiaron a nuestra llegada. De repente, Nadjah me pregunta que dirías que es la lady, árabe o europea. No me lo había planteado, pero al volver a verla vi unos delatadores ojos azules; no obstante, para no frustrar a nuestro amigo, le dije lo que esperaba oir, "árabe, por supuesto". Pues no, me contesta satisfecho de haberme hecho caer, es sueca. Ya animada, la chica me dice que conocía España, que había estado en Torremolinos hace años (¿sería posible que fuera en sus años mozos -la verdad es que no sé si era joven o mayor- de aquellas suecas que venían a darnos a las españolas lecciones de modernidad?). No pude más y me puse a hacerle preguntas, más de las que la diplomacia recomienda. Lleva ocho años con su marido, viviendo en Suecia; en Jordania desde diciembre. Me estorbaba el marido, pero aun así, le pregunté si era feliz. Sí, me dijo, muchísimo. Tardé varios días en quitarme su imagen de la cabeza.

Cuando se marcharon las visitas, Nadjah se puso a prepararnos la cena. Enterrado y metido en un recipiente asan a las brasas pollo y verdura, al que no le entra nada de oxígeno y se hace con todas sus propiedades. Estaba riquísimo.

Cena barbacoa bajo tierra (Wadi Rum)
Había llegado la hora de acostarse y Nadjah nos preguntó si dormiríamos fuera o dentro. Casualmente había leído aquella tarde la "fauna y flora del desierto": "Durante gran parte del añom el extremo calor y la escasez de agua obligan a los animales a salir solo de noche. Se pueden avistar erizos, liebres y damanes, chacales, lobos o íbices". Déjalo, mejor no, dormiremos en la jaima. La verdad es que no pasamos calor. Dormimos en la gloria.



28 de junio

Me desperté muy tempranito con la esperanza de captar unas espectaculares fotos del amanecer, pero había una niebla que no se veía casi nada. Según Nadjah no lo había visto nunca en todos los años que lleva en Wadi Rum, que es toda su vida.

Salimos prontito para ver el siq y estar a las 09:00 de la mañana en el Centro de Visitantes, aunque el fenómeno, al parecer extraordinario de la niebla, desmerecía mucho el paisaje.

Campamento Wadi Rum Green Desert
Agustito, agustito (Wadi Rum)

Opípara comida en Campamento (Wadi Rum)


Los siete pilares de la sabiduría (Wadi Rum)




Jaima social (Wadi Rum Green Desert)


Beduino en Wadi Rum

Inscripciones tamudeas y nabateas

Wadi Rum

Lawrence de Arabia (Wadi Rum)


Wadi Rum

Wadi Rum

Wadi Rum

Wadi Rum



Restos de lo que fue la casa de Lawrence de Arabia (Wadi Rum)


Siq en Wadi Rum

Llegados al Centro de Visitantes, nos aguardaba allí el bueno de Josue, como un clavo. y nos condujo hasta la frontera de nuevo.

Entrar en Israel de nuevo no es tan fácil como lo fue el salir. Tras los pagos de tasas de salida de Jordania y los sellos correspondientes de entrada en Israel con las preguntas de cuantos días os quedan en Israel, tenéis reservas, conocéis a alguien, etc., rutinarias, pues cuando te ofreces a demostrar que lo que dices es verdad, te dicen que no, que es suficiente; aun quedaba algo nuevo, que no nos habían hecho ni para entrar la primera vez (claro, veníamos de Madrid; en esta ocasión es distinto; HEMOS ESTADO EN TERRITORIO ENEMIGO). Una señorita, en perfecto español y simpática a rabiar (de hecho de las contadas personas que hemos conocido en este viaje que se pueden calificar así), nos hizo una exhaustiva revisión del equipaje, incluidas bolsas, neceseres, etc. "¿Alguien te ha dado algo? ¿tu maleta ha estado bajo tu supervisión en todo momento? ¿Tienes amigos en Jordania? ¿Te pertenece todo lo que llevas?, etc., etc.", hasta que se quedan convencidos de que no tienes intención de armar la tercera Intifada ni cargarte a Netanyahu, no llega la tan ansiada: Enjoy!, que es su visto bueno.

Llegados al parking, comprobamos que nuestro coche -con el resto del equipaje- estaba donde lo habíamos dejado, nos dispusimos a seguir camino de regreso. Dos chicos ucranianos con los que nos habíamos estado riendo de los burocráticos trámites aduaneros, nos preguntaron si íbamos a Eilat y al decirles que no, que íbamos hacia el norte nos pidieron si les podríamos dejar en la parada del autobús. Tardaron un poco en darse cuenta de que estaba bromeando, cuando les dije que sí, pero que antes tendría que comprobar si todo lo que había en sus maletas eran sus pertenencias y que nadie había introducido nada en ellas.

Preparados, pues rumbo a Masada que la habíamos dejado para la vuelta.

Jerusalén (Capítulo 5)

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