JAVA (viaje a Indonesia) (Capítulos I y III)

El Bromo
Este iba a ser no "un viaje" sino "EL VIAJE",... "TU VIAJE". Y verdaderamente creo que cumplió con creces las expectativas que esperabas de él. Te dejaré repasar y rumiar cada una de las experiencias experimentadas y te preguntaré, pasado un tiempo, si verdaderamente ha sido "TU VIAJE".

Sé sincera, antes de poner un pié en Jakarta, eran pocas las nociones que tenías de Indonesia. Recuerdo que le echaste un ligero vistazo a la Lonely Planet y por ella te enteraste de que Indonesia estaba compuesta por 17.000 islas -aproximadamente, pues no se sabe con rigor el número de ellas- y que sólo 8.000 están habitadas; te enteraste también de que en este territorio se hablan más de 300 lenguas; de que es el cuarto país más poblado del mundo, con 245 millones de habitantes (¡Uf! la comparación era inevitable: España con sus 46 millones de habitantes, resultaba una quinta parte),... cifras que mareaban en la teoría y que llevar a la práctica a través de una visita turística empezaba a darte vértigo, ...por lo inabarcable. ¡Cuán ilusa! Hasta ese momento, para ti, Indonesia y Bali eran un mismo ente de playas paradisíacas, cocoteros y brisa marina.

A partir de ese punto, te pillé una y otra vez leyendo en Internet diarios de viajeros y visitando foros que te pusieran al día sobre este espectacular país del sudeste asiático. Gracias a ello comenzaste a tener un poco claro lo que meter en el saco de los "must to be seen" y de lo que podías prescindir, la mayor parte de las veces por falta material de tiempo.

La decisión del vuelo fue fácil: la compañía más barata, Turkish Airlines. Las fechas también: todas las recomendaciones coincidían en que en mayo terminaba la época de lluvias y comenzaba la estación seca: ¡junio sería perfecto! No sé si lo reconocerás, pero tu condición de recién jubilada, te hizo determinar el número de días a pasar allí: 40. Sicológicamente, eran una cantidad mayor de lo que tu situación laboral te había permitido hasta ahora y, sin pensarlo mucho, compraste los billetes del 2 de junio al 10 de julio. ¡Adelante con los caballos!

JAVA
2/3 junio 2014

El vuelo, que salió a media tarde, sin problemas; salvo que te provocó la primera contrariedad del viaje -y acababais de empezarlo-. A la hora de intentar encontrar el vuelo más adecuado, especificaste, en el buscador de Internet de turno, vuelo Madrid-Jakarta con una sola escala (no hay vuelos directos). El resultado eran el vuelo de Turkish y el de Emirates, ganando por goleada en cuanto a precio, la compañía turca; pero cual sería tu sorpresa, que además de la anunciada escala en Estambul, también lo hizo en Singapur. Aún te daba más rabia cuando te acordabas que de noviembre 2013 (fecha en que compraste los billetes) a febrero 2014, Emirates había bajado sus tarifas y hubieras podido volar al mismo precio que con Turkish y parando en Dubai solamente. ¡Gajes del oficio!

¡Ya estabais en Java! Isla con cifras que marean:  seis provincias; 132.000 kms. cuadrados y 24 millones de habitantes, lo que la convierten en la isla más poblada del mundo. Hasta ahora han sido infructuosos los intentos del gobierno por equilibrar la densidad de la población entre las distintas islas, regalando terrenos a la gente de Java en otras islas; la gente parece muy apegada a la tierra que le vio nacer.

Aterrizasteis en Jakarta en la tarde/noche del día siguiente y aunque había un vuelo a Jogyakarta (vuestro primer destino) que os habría cuadrado por horario, no te fiaste. Algo podía fallar y las tarifas de vuelo que llevabais eran no reembolsables. Ya con las maletas, empezaría la lucha con taxistas, que sería la tónica del resto del viaje. Teníais una reserva hecha para esa noche en el Hotel Orchardz (hotel muy recomendable en todos los sentidos), que estaba en un radio totalmente cercano al aeropuerto, pero resultó que todas las compañías oficiales de taxis tienen una tarifa mínima que partía de 250.000 rupias, por lo que elegimos la más barata de las propuestas no oficiales que nos hacían: 150.000 rupias.

El taxista tenía mucho interés en que os quedara claro que era un cristiano en un mundo musulmán y eso era una lucha sin cuartel contra él. Era una especie de pastor, te pareció entender o por lo menos estaba muy ligado a la Iglesia. La libertad religiosa está teóricamente garantizada por su constitución, siempre y cuando sea una de las cinco oficiales: el islam, el catolicismo, protestantismo, budismo e hinduismo-. Aunque aproximadamente el 88% de la población es islamita.

No disteis ni una mísera oportunidad a Yakarta, la ciudad capital y centro del gobierno: ¿rascacielos? ¿tráfico? ¿contaminación? Estarás conmigo que para ti, la opinión de los foros iba a misa. Sería simplemente vuestro punto de entrada y salida en el país.



4 junio 2014

Habías reservado y comprado, por Internet, el vuelo de Air Asia, de Jakarta a Yogjakarta, sin problemas, a pesar de todo lo que habías leído sobre que las compañías indonesias no aceptaban las tarjetas de crédito europeas. El hotel os llevó al aeropuerto para coger el vuelo de forma gratuita, lo que fue de agradecer.

Aunque con media horita de retraso en la salida, aterrizasteis en Yogja (así la llaman los lugareños) sin novedad. Tu marido, no salía de su asombro al ver la facilidad con la que te movías por el aeropuerto hasta llegar a la plataforma de donde salían los autobuses que recorrían la calle Malioboro -de algo tenían que servir las horas y horas pegada a la pantalla del ordenador y, sobre todo, las horas y horas que viajeros invertían tras sus viajes en contar en sus relatos lo que se debía hacer y evitar en cada momento-. En la propia plataforma te suministraron un mapa con todas las paradas, por lo que yendo algo pendiente de las que se iban recorriendo podrías tener una idea bastante clara de dónde bajaros.

El Hotel Dafam Fortuna, que como todas las reservas hicisteis a través de la página Agoda (siempre más baratos que dirigiéndote directamente a los sites de los establecimientos), estaba más que bien; pero aquí vendría el segundo error del viaje. Te inundaban las dudas antes de llegar, sobre el tiempo que deberíais estar en Jogya -la gente hablaba maravillas de la ciudad-, pero el trayecto hasta el hotel te desilusionó bastante. Elegiste el hotel en una bocacalle de Malioboro, que parecía, por relatos y mapa, la arteria más importante de la ciudad y, efectivamente, lo es; pero que diferencia a la zona de Prawirotaman, donde fuiste un poco más tarde buscando la famosa agencia de viajes Losari, a la que todo el mundo acudía para comprar sus excursiones.

Sin más dilación os pusisteis en marcha y os dirigisteis a Kraton, el palacio de los sultanes. ¡No aprendes! te pasa una y otra vez, estudias el mapa de turno y todo te parece cerca. Echas a andar y cuando conseguís llegar estaban por cerrar el palacio. Una visita más que rápida y Taman Sari (el Castillo de Agua) se quedó en el tintero, pues ya estaba cerrado.

Kraton es un recinto amurallado donde hoy viven más de 25.000 personas, entre ellas el actual sultán y unas mil personas que trabajan para él. Obviamente, el edificio más importante es el palacio.

El palacio es un gran complejo que fue meticulosamente planificado para reflejar el cosmos javanés. Diseñado y construido por etapas, Kratón fue concluido en 1790. Absolutamente todo, los pabellones, los jardines, hasta cada árbol tienen un significado simbólico relacionado con las antiguas creencias javanesas.

El Kraton fue construido expresamente con orientación norte, para contemplar el monte Merapi y a sus espaldas al Oceano Indico, por orden expresa de Kanjeng Ratu, la Reina de los Mares del Sur y mística consorte del sultán. Hoy se usa tanto como casa del Sultán como lugar de ceremonias y funciones culturales de la Corte de Yogya.

A pesar de que Jogya es hoy una provincia de la República de Indonesia, el actual sultán, Buwono X, muy amado por sus súbditos, conserva el título de sultán, al que suma el de gobernador de la provincia.

En Kraton, por las tardes, cuando el palacio ha cerrado sus puertas a las visitas turísticas, se pueden ver mujeres vestidas con trajes tradicionales, rociando agua, esparciendo flores y quemando incienso para ahuyentar los malos espíritus.

Admitiste tu error y accediste a la petición de Manolo de coger un Becak para ir a la zona de Prawirotaman. No puedes evitarlo, comentaste; te pone nerviosa el que tu comodidad esté condicionada al esfuerzo de una persona por unos céntimos. Sin embargo tus contradicciones te delatan, regateas como si te fuera la vida en el descuento conseguido; para, al llegar al destino, terminar dando al conductor lo que te había solicitado en un inicio.

Comisteis en el Via Via, siguiendo una gran mayoría de recomendaciones y lo hicisteis francamente bien. Sin embargo, te decepcionó tu primer encuentro con los famosos zumos indonesios; de papaya era el elegido y no te pareció para tanto.

Encontrasteis, muy cerquita del restaurante, la agencia de viajes tan vehementemente recomendada en la red. Rápidamente os decidisteis: un coche con conductor os llevaría a Borobodur el día 6 y continuaríais viaje hasta Semarang para coger el vuelo a Tajun Puting la mañana del día 7. Además, contratasteis una excursión que os recogiera en el aeropuerto de Surabaya el día 9 y os llevara a Probolingo, con excursión al Bromo y al Ijen con los hoteles incluidos. Estabas convencida de que te costaría más caro, pero llegar a Surabaya por la noche suponía dormir allí para buscar algo al día siguiente y perder un día inevitablemente.

Anochece pronto y el cansancio empezaba a hacer mella, por lo que el ritual de siempre: parar un becak, regatear como si te fuera la vida en ello y al llegar, pagar lo que te había pedido desde el primer momento, pues en el fondo te daban pena. Cenita en el hotel y a reponer fuerzas.

5 junio 2014

Despertador a las 6 de la mañana, para evitar en lo posible las horas de más calor. Sigues protestando de la calle Malioboro -tráfico, batiburrillo de puestos, tiendas, casas de comida y motos, más motos, muchísimas motos-; aunque te ha gustado cruzar la calle y coger el autobús A1 hasta su última parada, que os llevaría directamente a vuestro destino de hoy: 

Prambanan.
Prambanan

Prambanán es el mayor tempo hindú del sureste asiático; un espectáculo en sí mismo y un icono del patrimonio cultural indonesio. Localizado a 17 kilómetros al noreste de Jogyakarta y no lejos del templo budista de Borobodur, demuestra como budismo e hinduismo han convivido siempre en paz en Indonesia.

Prambanan es conocido localmente como Roro Jonggrang ("esbelta virgen"), debido a una ancestral leyenda que cuenta como un aguerrido joven de nombre Bandung Bondowoso, con poderes sobrenaturales, pretendía casarse con una preciosa princesa llamada Roro Jonggrang. Ella no lo amaba, pero su padre dio su consentimiento a la boda. La joven princesa no hallaba la forma de rechazar al pretendiente, aunque finalmente, le dijo que se casaría con él si construía mil templos en una noche, antes del amanecer y antes de que el gallo cantara.

Antes de que amaneciera Bondowoso había construido 999 templos, por lo que la princesa, envuelta en pànico pidió a las mujeres del pueblo que hicieran tanto ruido como pudiesen de manera que los gallos se despertaran y comenzaran a cantar. Bondowoso descubrió el engaño de la princesa y encolerizado la convirtió en piedra. La estatua de la esbelta virgen embellece el templo principal de Prambanan y el grupo de templos alrededor, "the Candi Sewu" o los mil templos.

Los tempos de Prambanan fueron construidos en el siglo IX. El templo mayor está dedicado a Shiva -el destructor-, mide 47 m. de alto y es visible desde muy lejos; y los dos pequeños erigidos a la derecha y a la izquierda, a Brahma -el creador- y a Wisnhu -el sustentador-.

Prambanan estuvo en ruinas durante muchos años, con algunos intentos por limpiar aquello, hasta 1937 no se consiguió su reconstrucción y en 1991 fue declarado Parimonio Universal por la UNESCO.

En esta visita comenzasteis a experimentar algo que nunca os había ocurrido en vuestra vida de viajeros. Lo normal es que el turista sea el que requiera favores de los nativos: ayuda sobre cómo ir a los sitios, solicitar permiso para retratarlos, etc; aquí, curiosamente ocurría lo contrario: nada más entrar al recinto un grupo de jovencitas se acerca comentando que eran estudiantes de turismo y querían practicar el inglés, por lo que, encantada, intercambiasteis unas cuantas frases. No habían transcurrido ni diez minutos, cuando otro grupo de chicos y chicas os pide permiso para sacarse una foto con vosotros; el problema era que si eran media docena, había que sacarse seis fotos, una con el móvil de cada uno. Y suma y sigue. El taxista que os llevó a Semanang os comentó que eran chicos en vacaciones escolares y, seguramente, era la primera vez que veían occidentales. Los raros erais vosotros.

Hacia medio día, el A1 de vuelta hasta Malioboro. Se te nota en la cara, cuanto más lo pateas, menos te gusta. Os bajásteis una parada antes de la vuestra, pues tenias fichado un restaurante en una primera planta, como una terraza gigante llena de plantas y, efectivamente, comisteis bastante bien (Legian, frente al Hotel Ibis).

Poco más que contar -supermegasiesta, cena en Fried Chiken y masaje de reflexología y espalda, para empezar la temporada-.

6 junio 2014

A las 8 de la mañana, como un clavo, el chófer que os acompañaría hoy estaba a recogeros. Os marcháis de Jogya con una cierta sensación de no haber sabido encontrarle el "puntillo"; quizá el jetlag haya tenido algo que ver, la mala elección del sitio (que no el hotel) de pernoctación, ni vosotros lo sabéis.
Borobodur

El singular templo de Borobodur es el monumento budista más grande del mundo. Construido en el siglo IX, durante la dinastía Syailendra, su diseño arquitectónico refleja la influencia india en la región- Es una verdadera maravilla. Cuando se visita se comprende el porqué es la atracción turística más visitada y un famoso icono del patrimonio cultural del país.

La Lonely Planet recomienda estar antes de que abran el recinto (6 de la mañana), incluso recomiendan pagar un poco más y llegar a las 4:30 -luego debe ser posible-; pero para chulos vosotros: a las 10 de la mañana, tras dos horas de con tráfico infernal, a manos de un chófer suicida, superábais los escasos 30 kilómetros desde Jogya y entrabais en un recinto donde no era posible que cupiera más gente de la que allí ya había. Y eso que era viernes, pues los fines de semana no me los puedo imaginar.

El templo está situado en lo alto de una colina y cubre una enorme área de 123 por 123 metros. Decorado con 2.672 bajorelieves y 504 estatuas de Buda. Su arquitectura y trabajo en piedra no tiene parangón. Construido sin ningún tipo de cemento o argamasa. El propio monumento representa una estupa gigante.

El volcán fue cubierto por lava volcánica lo que ha hecho que se haya mantenido intacto durante diez siglos de abandono. En 1815, el Gobierno y la UNESCO trabajaron conjuntamente para restaurar Borobodur a su antiguo esplendor. Ocho años fueron necesarios para su restauración y hoy Borobodur es uno de los tesoros más valiosos del mundo.

El monumento, consagrado a Buda, es un sirio de peregrinaje budista. Los diez niveles del templo simbolizan las tres divisiones del sistema cósmico de la religión.

Como buenos peregrinos, comenzasteis el viaje desde la base del templo hasta lo más alto de éñ, a través de los tres niveles de la cosmoligía budista: Kamadhatu (el reino del deseo), Rupadhatu (reino material o de las formas) y Arupadhatu (el reino sin forma). Conforme subiais, contemplabais maravillados los 1.460 paneles con bajorelieves de los muros y las balaustradas.

Vuestro suicida amigo, opina al recogeros que mejor comer allí mismo (típico sitio donde le darían su propineja por llevar clientes), no os dio mucha opción de rebatirle. Pero acertó, os llevó a un restaurante precioso, muy turístico, pero que valía la pena, con lo que, al parecer, comisteis muy muy bien (BS Resto).

Tres horas, casi cuatro, hasta que vuestro avispado conductor diera con el hotel,de vuestro siguiente destino: Semarang, desde donde cogeríais el vuelo a la mañana siguiente a Kalimatan.

El hotel, de lujo, de ciudad, sin ningún encanto especial, por un módico precio (Guamaya Tower).
Gran Mezquita de Semarang

Era casi de noche cuando decidisteis ir a dar una vuelta. Anduvisteis hasta una enorme plaza, Simpang Lima, donde confluyen cinco de las principales arterias de la ciudad.. Del plano que os dieron en el hotel, elegisteis una de las atracciones de las once que recomendaban ver, mas por la cercanía que por otra cosa; pues era muy probable que cualquier cosa estuviera cerrada ya. Masjid Agung Jawa Tengah, osea se, la Gran mezquita. Un Becak, el regateo de rigor y allí que fuisteis. Lo cerca no lo era tanto y encima con unas cuestas arriba, que hacía que mi pobre ciclista fuera echando el bofe mientras subía (andando claro, pues con las piernas no podía); le suplicaba que nos dejara bajar, que no importaba, que por lo menos la cuesta subiríamos a pié; pero no hubo manera de convencerle. ¡Ah y el barrio, muy a las afueras, daba un poco de canguelillo!

¡Cómo te alegraste! por varias razones: la maravilla de la edificación; era viernes, por lo que se encontraba en plena efervescencia de culto. Y además en un país donde nada está prohibido, puedes entrar a cualquier sitio o participar de cualquiera de sus ceremonias que siempre serás bien recibido. Raro en otros paises musulmanes.

El complejo de la mezquita cubre 10 hectáreas. La conforman tres edificios con forma de U con la abovedada mezquita en el centro con cuatro minaretes El techo central asemeja un "joglo", la casa típica javanesa. Los largos edificios laterales acogen una biblioteca y un auditorio para 2.000 personas

En el patio central, seis paraguas gigantes, operados por energía hidráulica representan los seis dogmas del Imán. El área de oración puede albergar a más de 15.000 devotos. En la zona abierta, se encuentran una serie de arcos con caligrafía arábiga de 99 atrbutos de Allah que sustentados por 25 pilares cada uno representando los nombres de los profetas del Islam. Tras los arcos una inscripción en una piedra del monte Merapi, de 3,2 metros de alto y 7,8 toneladas

El minarete, de 99 m. de alto, representa los 99 atributos de Alah. Se utiliza para llamar a la oración y alberga en su interior una estación de radio, un restaurante y un museo. Existe ascensor.

Dejo este relato de Java para retomarlo dentro de tres días, pues volveríais para continuar esta historia; esta vez al Este de la isla.

Capítulo II - Kalimatan
CAPITULO III


9 junio 2014

Retomo la entrada de Java, pues a ella volvisteis tras vuestra aventura con los simios.

Ronaldo os llevó al aeropuerto para coger el vuelo a Surabaya con Trigana, que salía a las 14 h. y llegaba a las 15:10.

Como llevabais contratado desde Jogya, con Losari, los próximos tres días, Iván, que sería vuestro guía/chófer estaba esperando vuestra llegada.

Sin más dilación os llevó a Cemorolawang (unas tres horas de viaje), donde teníais reservado el hotel Cemara Indah, no sin antes pasar por sus oficinas de Probolingo para abonar las tasas de entrada al Parque Nacional Bromo.

Los hoteles del este de Java tienen formado un monopolio mediante el que cobran los precios que les da la gana a cambio de una calidad mediocre. Habíais elegido tanto para ver el Bromo como para el Ijén la más alta de las dos categorías que había disponibles; pero más simples y anodinas no podían ser.

El Cemara Indah tiene la ventaja de que está en el mismo parque nacional, al borde del cráter, con unas vistas al Monte Bromo inpresionantes.

Cenita en el hotel y a la camita temprano que al día siguiente os recogían a las 03:45 h. de la madrugada.

10 junio 2014
Bromo

El Gunung Bromo, de 2.392 m., es uno de los tres volcanes que ha emergido de un enorme cráter. De hecho el Bromo no es el más alto, pero sí el más bello. El Bromo es un volcán sumamente activo (uno de los 143 activos que tiene el archipiélago indonesio) y prohiben el acceso en épocas de erupciones (aproximadamente cada 5-10 años -2010 fue la ultima).
Bromo

Ya pertrechados (habíais alquilado unas cazadoras -muy discretitas-), con gorros, bufandas,... hace mucho frío, os recoge un 4x4 para llevaros al View Point. Cuidado que es mala suerte la vuestra, porqué siempre llegáis los últimos a todos sitios, ¿a qué hora se ha despertado toda esta gente, para estar ya aquí, tan colocada? No cabía un alfiler, era divertido ver vuestras caras de desilusión. Pero como parece que habéis nacido de pié, vuestro guía, os lleva a un sitio donde teóricamente no se podía pasar, protegido por alambre de pinchos, y os dice cómo pasar. ¡Increíble!Os habíais colocado en primera fila a esperar el amanecer.

El espectáculo es tal que no tenéis palabras.
Subida al Bromo

Tras hincharos de hacer fotos y ya bien entrado el día, el 4x4 os lleva al Bromo -hasta donde se pude acceder con el coche-. Elecciones; dos; alquilar un caballo hasta la escalera o andar la distancia, que no es mucha, pero si incómoda, pues es un mar de arena. Optáis por el caballo. Divertidísimo parecía, aunque a fuer de ser sincero, vuestras pintas eran de echar a correr.
Subida al Bromo

Como dos jabatos, subisteis los 253 peldaños llevan a la cima desde donde se puede contemplar las entrañas sulfurosas y humeantes del volcán. El Bromo tiene un carácter sagrado para los lugareños y a sus fondos lanzan dinero, comida y hasta pollos vivos, solicitando unas buenas cosechas.
Cráter del Bromo

Tras volver al hotel para desayunar y coger el equipaje seguisteis camino hacia el Ijén. Mucho miedo le teníais. Claramente os habíais arrepentido de ir al Ijen, no os fiabais de vuestras propias fuerzas. "¿y si les pedimos que nos lleven al aeropuerto de Surabaya  y cogemos un vuelo a Bali? ¿nos devolverán dinero?" os preguntabais una y otra vez. Finalmente, os decidiriais a tirar para adelante. Vive Dios que os alegrasteis.
planta tabaco

Llegasteis a Sempol Village ya al anochecer. El camino, sobre todo el último trayecto, era precioso; la aridez había tornado en vergel y había flores en abundancia. Pedisteis a Iván que os parara para ver de cerca la planta del tabaco, que no conocíais. En esta zona se cultiva el mejor café de Java. El camino fue largo, pero mereció la pena.

El hotel, Catimor, disponía de bonitas instalaciones; sin embargo, las habitaciones dejaban también mucho que desear.
Cráter Ijen




El volcán Kawah Ijen, de 2.386 m. es uno de los 143 que se hayan en activo en el archipiélago indonesio. Ubicado en el interior de una gran caldera de 20 kms. de diámetro es un volcán muy singular.

Iván os ofreció hacer la noche de vuestra llegada una excursión al Ijen para ver el espectáculo nocturno. Todavía te estás tirando de los pelos por decirle que no. En una revista de National Geographic que compraste en el aeropuerto, venían fotos más que impactantes del fenómeno.

La elevada cantidad de azufre que alberga de Ijen en su interior, emerge en estado líquido y desciende creando ríos rojizos que se solidifican en contacto con la atmósfera; se forman así grandes bloques de color amarillo. Si embargo, otra gran parte del azufre escapa como gas sulfuroso por cualquier grieta o fisura que se lo permita, a 600ºC. Una vez en el exterior, los gases de azufre arden en contacto con el oxígeno y se licuan formando pequeños ríos de azufre líquido de un azul eléctrico, ofreciendo un espectáculo natural de singular belleza.

11 junio 2014

Hubisteis de levantaros de nuevo tempranito; había una hora de camino hasta el Ijen. Iván os acercaría allí, os esperaría y el "yes we can" dependía de vosotros.  Se comienza el ascenso a los 1,870 m, hasta alcanzar los 2.304 m., con un desnivel medio de un 12/14%, aunque algunas rampas llegan a los 35/40%. Fue duro y en más de una ocasión se os vio flaquear con ganas de dimitir en la aventura. En un momento determinado a Manolo se le ocurrió hacer lo que los ciclistas, subir en zigzag y vaya que si fue de ayuda. Se anda más pero no te da la sensación de ascenso.
subida al Ijen

Un acicate a seguir y conseguir coronar el cráter era ver las decenas de mineros que subían con sus cestas vacías y bajaban con las mismas cestas llenas con entre 80 o 100 kilos de mineral; "los hombres fuertes de Java"  como los denominan los lugareños. Siempre con la sonrisa en los labios y animando a los turistas a seguir "animo, os queda poco".

Los mineros comienzan a trabajar a las 3 de la mañana. Tras ascender a la cima y bajar a la mina, el minero rompe a martillazos el azufre y lo introduce en las cestas de mimbre, para volver cargados de nuevo al punto de destino, la oficina de la empresa PT Candi Ngrimbi que explota la mina dsde 1967. Cada minero hace el viaje una o dos veces al día, para ganar cinco céntimos de euro por cada kilo entregado. Sin contrato, sin seguro, ni siquiera máscaras protectoras, paras las emanaciones de gases tóxicos.
Mineros en Ijén
Cestas para transportar el azufre

El tema te afectó de veras; el cimbreo de las cestas en su descenso es un sonido que se ha grabado a fuego en tus oídos. ¿Cómo es posible que ocurran estas cosas en el siglo XXI y nadie haga nada por evitarlas? Pregunta retórica que no tiene contestación.

Artículo aparecido en El Pais, en el que, a través de una entrevista a uno de los mineros, acercan a la realidad de esta insalubre y arriesgada forma de ganarse la vida. Echadle un vistazo, merece la pena.

"El Infierno es amarillo" - Artículo de El País - 17/10/2009

La llegada a la cima es un regalo para la vista: ese enorme cráter humeante con el lago de azul turquesa rabioso, se queda en las retinas de todo el que lo ve, grabado para siempre.

Vuelta deprisa, aunque no quisieras, la inclinación hacia abajo os hacía volar en ciertos tramos. Llegamos al aparcamiento donde Iván nos esperaba pacientemente. 
Ijén

Dos horas más y estabais en Ketampang, dispuestos a coger el ferry que os cruzaría a la isla de Bali.

Iván, como un buen profesional os ayudó a comprar el tique del autobús a Ubud e incluso esperó a que estuvieseis montados.

A la hora prevista, embarcábamos, montados en el autobús rumbo a la mítica Balí, aunque esta es ya otra historia.


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