Basílica San Francisco el Grande No cabe duda de que esta ruta habría que haberla comenzado en la majestuosa Real Basílica de San Francisco el Grande; por muchos motivos, pero sobre todo por estar cubierta por la tercera cúpula más grande de toda la cristiandad y disponer de una buena pinacoteca donde no faltan zurbaranes o goyas. De hecho, allí quedó citado el grupo; pero no, San Francisco el Grande quedaría para otra ocasión -cuestión de tiempo- y hoy visitaríamos a su hermana pequeña, la Capilla del Cristo de los Dolores, conocida entre los mentideros de la villa como Capilla de San Francisquín; los pocos que la conocen, pues hasta hace poco no se podía tener acceso a ella, sino se hacía a través de una galería desde la basílica y aún hoy, con entrada directa desde la calle, hay que entrar con reserva. Capilla Nuestra Señora de los Doleres